CAMAGÜEY.- Como miles de jóvenes en el país, Yania Garay Jorge ansía el reencuentro con sus profesores y compañeros en el ambiente universitario. Mientras la COVID-19 impide el regreso a las aulas, la alumna de segundo año de Arquitectura continúa desde el municipio de Guáimaro su formación profesional en la modalidad de estudio a distancia en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz.

“Ha sido difícil, sobre todo porque en mi carrera el empleo de softwares agiliza el trabajo, pero hemos tenido que sustituirlos por otras tecnologías más asequibles en casa. ¿Te imaginas cuánto demora el dibujo a mano alzada de toda una urbanización?”, dice entre retadora y orgullosa al mostrar el plano cuyo diseño le ocupó varios días.

-¿Cómo hiciste llegar esa tarea a tus profesores para su evaluación?

-Normalmente diseñaba en computadora, con programas especializados que tenemos en nuestra facultad, pero ahora dibujo en papel, tomo fotos y las envío a los profes por WhatsApp. La mayor dificultad está en determinar correctamente las escalas.

La estudiante advierte la necesidad de asumir en su preparación integral una actitud acorde a las exigencias de un período lectivo diferente y a los esfuerzos de la universidad camagüeyana por el desarrollo de sus planes académicos en circunstancias excepcionales.

Varios obstáculos encuentran los universitarios en la comprensión de contenidos fuera del habitual escenario educativo, mediante el empleo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Para muchos constituyen retos el aprendizaje autónomo, aun con la tutoría de los docentes; y la interacción con entornos virtuales como la plataforma Moodle, que demanda constancia en la práctica de saberes digitales para el acceso a los recursos didácticos de las asignaturas. Si bien nacen los contratiempos, también crecen las soluciones.

-Una especialidad como la Arquitectura requiere del trabajo en equipo y el intercambio con otros especialistas. ¿Qué estrategias adoptas ante las medidas de distanciamiento físico por el nuevo coronavirus?

-Las actividades que nos orientan debemos realizarlas de forma individual, no obstante debatimos ideas a través del teléfono y las redes sociales como si estuviéramos en clases.

“Cuando necesito consultar alguna duda me comunico con mis profesores, de quienes recibo muy buena atención. Asimismo, un joven arquitecto de mi localidad me ha transmitido algunas de sus experiencias y ha sido de gran ayuda.

“Ante las dificultades, siempre se puede hacer un poco más. Por ejemplo, algunos de mis compañeros de otros municipios han intervenido en la atención a los subsidios, una tarea donde aprenden mucho y en la que me gustaría participar.”

-¿Qué te ha aportado esta experiencia de la educación a distancia?

-Al principio me pareció que no lo conseguiría, porque debo combinar mis deberes de estudiante con la rutina del hogar. He aprendido a organizarme en función del estudio y a gestionar el conocimiento a través de diferentes vías. Ahora me noto más diestra en el dibujo y los trabajos quedan mejor logrados. Puedo decir que he ganado en disciplina y responsabilidad.

Yania acepta el desafío de una formación profesional a distancia mientras espera el retorno al ambiente de pizarras, conferencias, juegos deportivos, festivales culturales, eventos científicos… Desde Guáimaro, el territorio camagüeyano más oriental, vive al ritmo de una Universidad activa en tiempos de pandemia.