CAMAGÜEY.- Cueva México es el mayor sistema cavernario conocido hasta ahora en la provincia de Camagüey. Contrario a lo que pudiera pensarse no se encuentra en ninguna de nuestras regiones montañosas, sino en la llanura costera del norte.
La caverna puede extenderse por mucho más de cuatro kilómetros en salones y galerías espectaculares en al menos dos niveles. Hasta la fecha se conocen de ella 20 bocas, todas en forma de pozos que alcanzan alrededor de 40 metros de profundidad.
Al estudio de esta caverna le ha dedicado más de la mitad de sus 15 años de vida el Grupo de Estudios Geográficos, Espeleológicos y Medioambientales (Gegem), miembro de la Sociedad Espeleológica de Cuba y oficializado como tal a partir de la expedición Enigma, realizada del 4 al 8 de abril del 2006 a cueva México, la primera expedición de un proyecto de investigación subterránea que aún no cesa.
“Quince años se dicen fácil porque aun nos parece que fue ayer”, reflexiona el ingeniero Dimas Olivera Olivera, espeleólogo de larga experiencia y jefe del Gegem al rememorar los primeros pasos de esta institución de aficionados a las ciencias de la Tierra que reúne un equipo multidisciplinario de especialistas que asumen complejas tareas subterráneas de interés para los estudios de la geografía y el carso.
“El inicio fue arduo por el tipo de trabajo que decidimos emprender y la necesidad de que el grupo cubriera diversos frentes básicos de la espeleología, por ejemplo clima, biología, hidrología, cartografía, meteorología, conocimientos que permiten reconocer origen y desarrollo del mundo subterráneo.
Dimas: “La espeleología es una de las mas complicadas ciencias para comprender a la Naturaleza” “La espeleología siempre llama por la aventura que supone, la ciencia que necesita y el deporte que practica. Desde un inicio nucleamos jóvenes con intereses por el estudio de las Ciencias Naturales, así como a biólogos y geólogos que mucho aportan en la formación del grupo”, explica Dimas.
Agrega que la unidad y la disciplina son elementos esenciales para la espeleología, por las difíciles y peligrosas condiciones en las que se trabaja:
“Aislado, a muchos metros bajo tierra, a veces en espacios confinados, en un clima diferente. Silencio y oscuridad absoluta, como si estuvieras en otro mundo. Trayectos de contralpinismo que requiere concentración y dominio de la técnica para bajar o subir abismos…
“Somos una familia de hombres y mujeres responsables en torno a la tarea que a cada uno le toca realizar. Ese compromiso individual incluye el éxito de los resultados que de cada expedición se obtiene, incluyendo aspectos organizativos y técnicos. La tenacidad ha permitido al grupo reunir una buena cantidad de equipos logísticos de vida en campaña, comunicaciones, laboratorio, prospección espeleológica y todo lo que se necesita para una actividad como esta”.
Relacionado en los diarios de viaje y los resúmenes de cada proyecto se recogen las incidencias de 23 expediciones llevadas a cabo en estos quince años, diez de ellas a Cueva México.
“Como todo el país, recuenta el ingeniero Olivera, hemos tenido tiempos difíciles para viajes de reconocimiento, expediciones y desarrollo de proyectos. Sufrimos los años duros de Cuba, pero logramos que nunca nuestros diseños de expediciones no se detengan. Incluso, enfrentando la COVID-19 extremamos precauciones sanitarias en campaña cumpliendo como siempre todas las medidas de aseguramiento, higiénico, epidemiológico”.
El mapa de una cueva decide el primer paso de las exploraciones subterráneas.
En estos momentos el grupo trabaja en el desarrollo de un extenso programa coordinado con la Empresa de Flora y Fauna en la provincia de Camagüey para replantear y reconocer cuevas situadas dentro del territorio del área protegida Limones–Tuabaquey, a fin de darle uso turístico a unas y económico a otras, incluyendo recomendaciones para estudios científicos o limitar su acceso por su alto riesgo o valor para estudios científicos.
En Limones-Tuabaquey se abren muchas de las mayores cuevas y más profundas simas del centro este del país.
Desde sus inicios han contado con el apoyo del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y de la filial provincial de la Cruz Roja Cubana.
Numerosas cuevas se abren en el fondo de profundas simas
“La calidad humana es la primera virtud que califica a los aspirantes al grupo; ser buen compañero y buen ciudadano en todos los aspectos de la vida social y familiar. Sumamos para el ingreso la capacidad intelectual para pensar y discernir, para reaccionar ante el peligro y las dificultades, precisamente porque el trabajo espeleológico lleva una gran dosis de peligro.
“Por las características físicas de las cuevas la persona tiene que estar capacitado para enfrentar esto y dar respuestas muchas veces en solitario. Otra condición no menos importante es la capacidad física porque de lo contrario no soporta el rigor de las jornadas de trabajo que son muy fuertes”.
Alrededor de la tercera parte de los miembros del Gegem son mujeres, jóvenes estudiantes y trabajadoras que comparten las campañas de igual a igual con el resto del grupo, sus misiones les vinculan con los estudios del clima subterráneo y formaciones secundarias, en superficie llevan a cabo investigaciones sociales en comunidades próximas a zonas donde se abren cuevas y otros fenómenos cársicos recogiendo historias y leyendas que nunca faltan.