Foto: Rodolfo Blanco Cué/ACNCAMAGÜEY.- El día que la joven brasileña Bruna Dias de Paula decidió estudiar medicina en Cuba, siempre tuvo la convicción de que, además de contar con una preparación docente de excelencia, otros aspectos morales y éticos pasarían a formar parte de su personalidad.
Aunque en su nación cursaba ya la carrera de enfermería, y tuvo tentativamente la oportunidad de ir a formarse como galeno en otras naciones, su decisión siempre estuvo clara, y actualmente cursa aquí su sexto año de la carrera.
Cuando comienzo mis averiguaciones, rememoró, tenía la opción de irme a una universidad de Georgia, en Estados Unidos, o a otra en Barcelona, España, pero yo debía tener una mirada más allá de lo académico, y siempre tuve la convicción de que Cuba me iba a formar de manera más integral en cuanto a crecimiento moral y social.
Según comentó, desde que comenzó sus clases en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), durante los primeros tres años, y luego en las Universidades de Ciencias Médicas, de Matanzas, y la Carlos J. Finlay, en esta ciudad, siempre le impactó la rigurosidad y metodología de los profesores.
Todos son muy exigentes y estrictos, aseguró, siempre nos reclaman para alcanzar la excelencia, algo que no había experimentado antes, pues ese tipo de atención y responsabilidad que nos inculcan es para lograr lo mejor de nosotros y eso es admirable.
Al referirse a la amable disponibilidad de sus profesores para aclarar una duda o hacer una consulta, sin importar la hora, momento, ni lugar, Bruna no puede disimular su emoción y profundo agradecimiento.
Aunque no me gusta comparar, la diferencia entre mi país y Cuba en ese aspecto es muy notable, pues ya desde el primer año de la carrera tenemos la oportunidad de interactuar con pacientes en la atención primaria, y poseemos la guía de personal capacitado en cada momento, refiere.
Con notable orgullo comenta que en su opinión, es justo esa forma de proceder porque es de donde surge la humanista formación de los galenos cubanos, la misma que a través del programa Más Médicos, en su natal Brasil, ponen a disposición de millones de personas, principalmente en comunidades pobres, donde a veces, nunca antes había llegado un especialista.
La atención que el médico cubano ha prestado al pueblo brasileño es muy diferente, afirmó, es muy cariñosa, con gestos tan sencillos como es mirar directamente al paciente, escucharlo de una forma atenta cuando explica su padecimiento, son actitudes que han marcado la diferencia.
Es ese uno de los principales motivos por los cuales Bruna opina que es muy lamentable la posición asumida por el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, quien emitió declaraciones ofensivas sobre los profesionales cubanos.
Sería muy bueno que hubiese tomado en cuenta las necesidades sanitarias que tiene el país sudamericano, pues los médicos de aquí han hecho lo que nunca antes habían llevado a cabo otros profesionales de la salud, alegó.
Aunque esta joven de Sao Paulo refiere que estudiará su especialidad también en la Isla, afirma que al graduarse y regresar a su nación siempre llevará por bandera todas las enseñanzas adquiridas aquí.
El humanismo y la solidaridad que asumo cada día para prestar un servicio sin interés, a cambio de nada, es ya una parte intrínseca de mí, como persona y como profesional, concluyó.