CAMAGÜEY.- Después de una larga espera los aficionados del fútbol camagüeyano tendrán una tribuna para seguir a sus equipos. El proyecto de construcción de gradas en el terreno de la academia provincial Amador Fernández llevaba años paralizado, pero finalmente encontró presupuesto y voluntad para concretarse.

La Dirección Provincial de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) asumió la inversión y contrató a una brigada de cuentapropistas y una grúa de Cubiza para armar la compleja estructura de siete pares de pilares.

Según Roberto Lema, subdirector provincial de aseguramiento del Inder, “actualmente hay abiertos dos objetos de obra: las gradas y la tapia perimetral que da a la calle Palo-mino. En este último se decidió sustituir la cerca de malla electrosoldada por una tapia más alta que quedará pintada con elementos alegóricos a la historia de esta disciplina en la provincia, y además se construirá una garita para los agentes de seguridad. Ambas labores demandan un total de 941 000 pesos”.

El graderío cuenta con una armazón de vigas metálicas y pasillos, techo de tejas metálicas y bancos de purlins, y quedaría listo para acoger a casi 1 000 espectadores. “Estamos concretando un sueño de la familia del fútbol en Camagüey, que no podía asistir en masa a los eventos desde que dejó de jugarse en el estadio Patricio Lumumba. Al concluir dichas labores, quedaríamos en condiciones de solicitar la instalación de uno de los terrenos sintéticos que adquirió la Federación Cubana. Eso cerraría un ciclo y nos pondría como una de las plazas más importantes del país”, dijo a Adelante.cu Ramón Zunzunegui, comisionado provincial.

La Academia comenzó a construirse en 2014, y en 2017 terminó sus primeros locales y la cancha, que se estrenó oficialmente con el campeonato nacional juvenil femenino de 2018.

Es un complejo que posee capacidad de hospedaje para 50 personas. Sus cuatro cubículos tienen excelentes condiciones con baños, televisores y ventiladores. Para la alimentación de los atletas se construyeron una cocina y un restaurante, y el edificio posee además una sección de oficinas, una sala de estudio y un gimnasio biosaludable; sin embargo, la necesidad de una grada que acogiera a la torcida agramontina era tal que se convirtió en un reclamo de la comunidad al Poder Popular.

Desde que quedó lista aquella primera etapa, los Miuras lo establecieron como su cuartel general, pero la falta de gradas y el mal estado del terreno hicieron que la Comisión Provincial seleccionara la cancha de Sebastopol, en el municipio de Minas, como sede habitual para la primera categoría.

Después de esta segunda inversión, solo resta la construcción de una cabina de transmisiones en el lateral paralelo al de las tribunas. A juzgar por la fiebre que despertaron las últimas presentaciones de la selección nacional y los buenos resultados que acumulan los Miuras en las dos décadas pasadas, esas moles de acero vibrarán en cuanto regrese la Liga.