En el magno encuentro participa el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, quien arribó en la tarde de ayer al aeropuerto internacional Viru Viru, donde fue recibido por David Choquehuanca, canciller boliviano.

Momentos antes de abordar su vehículo, el Presidente cubano dijo a los medios de prensa que allí les esperaban: "a través de ustedes envío un saludo de Cuba al hermano pueblo de Bolivia", destaca un despacho publicado hoy en el rotativo Granma.

A propósito, su llegada a ese país ha motivado titulares en diversos medios nacionales, en los cuales se han destacado los lazos que unen a las dos naciones latinoamericanas.

La delegación cubana la integran, además, Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores, Rodrigo Malmierca Díaz, titular del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, así como otros directivos de la cancillería cubana.

Desde enero Bolivia asumió por segunda ocasión la presidencia anual del G-77+China, durante la cual el mandatario boliviano Evo Morales Ayma priorizará temas como el desarrollo sostenible, la democracia, la descolonización, la erradicación del hambre y la pobreza, la ciencia y la tecnología, los recursos naturales y la crisis del sistema capitalista.

Creado el 15 de junio de 1964 en Ginebra, el bloque constituye el mecanismo de concertación política intergubernamental más grande de los países en desarrollo con el mandato de articular sus posiciones en las esferas económica, administrativa, presupuestaria y algunas de índole social dentro del marco del sistema de las Naciones Unidas.

En sus inicios fueron 77 los miembros, de ahí el origen de su nombre que se ha mantenido por la significación histórica a pesar de que en la actualidad está integrado por 133 países pertenecientes a las regiones de África, Asia y el Pacífico, así como América Latina y el Caribe, incluido China.

Cuando este fin de semana tengan lugar las sesiones de la Cumbre, el G-77+China estará celebrando, además, el aniversario 50 de su fundación, ocasión para revitalizarse como mecanismo válido e insustituible para las naciones en desarrollo, de ahí que el lema que preside esta cita sea "Hacia un nuevo orden mundial para vivir bien".

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