Cuba y su sistema político tienen más seguidores que adversarios, mas estos últimos existen y los respetamos. Así ha sido desde aquel enero de comienzos; fecha que además supuso nuevo y amplio “presupuesto” para financiar perjuicios de todo tipo a este pequeño punto del globo.

En la mañana de este miércoles dos personas, en expresa oposición a la Patria y sus dirigentes, gritaron consignas según sus ideas y agredieron la sede del Partido Comunista de Cuba en el Distrito Ignacio Agramonte de esta ciudad.

De inmediato trabajadores y vecinos de la comunidad improvisaron una escena para mostrar las mejores convicciones. Nada de libretos ni guiones; la emoción y la espontaneidad se reflejaron en más de un par de ojos.

“Nuestro deber es estar aquí”, coreó toda exaltada María Hernández Torres, maestra de tercer grado de la Escuela Primaria Revolución de Octubre, ubicada en las inmediaciones de esta demarcación.

Como expresara Juan Carlos Ávila Hernández, funcionario de la esfera político-ideológica en el Distrito, “seguimos en combate porque es a los verdaderos cubanos a quienes no les podemos fallar”.

Y tiene razón Juan Carlos. Es a cubanas como la pequeña Sara Quintero Limonta a quienes hay que cumplirles cuidando esta tierra y transformando para mejor nuestra sociedad; tesis que confirmas cuando la ves a ella, una niña de apenas diez años cantar Me dicen Cuba, del músico y compositor Alexander Abreu, con la intensidad de una mayor “porque se trata de nuestra Revolución y de sus logros, habla sobre el sentimiento de ser cubano; desde que la escuché por primera vez me gustó mucho y quise aprendérmela”, expresó Sara a Adelante.cu.

Cuando las ideas tienen precio no echan raíces, su suelo es infértil. Por eso ni el billete más grande alcanza para embolsillar una historia y una bandera que se “compraron” por el añejo y lozano monto de una cubanísima estirpe.

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