CAMAGÜEY.- Por donde quiera que se mire, el cigarro no tiene ningún lado amable. Apenas el nocivo humo entra por la boca, ocurre el desmejoramiento paulatino, en los fumadores, de órganos como la laringe. Sin embargo, existen remedios naturales capaces de reponer las funciones de este conducto y que incluso, ayudan a enfrentar la adicción a ese enemigo silencioso.

Aguda o crónica, la laringitis ocasionada por el hábito de fumar, produce síntomas como dolores de garganta y daños vocales. Para combatirlos, resulta eficaz beber, de una a dos veces diarias, un té preparado con dos cucharadas de la raíz del jengibre, planta cultivada en diversas regiones tropicales del mundo. El sabor, es un tanto picante, pero sus beneficios antimicrobianos y antinflamatorios, efectivos.

Como aporte extra, su consumo crea la disminución de la ansiedad y relajación del sistema nervioso, fundamentales, para aquellos valientes dispuestos a expulsar la nicotina de sus vidas.

Otra de las fórmulas que alivian los padecimientos del tracto laríngeo es la mezcla en un recipiente, de un puñado de manzanilla, salvia y menta. Estos ingredientes se hierven de 15 a 20 minutos y luego se toman a manera de infusión. También, alternativamente, pueden realizarse gárgaras con una de esas plantas siguiendo el mismo método de elaboración.

La cúrcuma mantiene un lugar de privilegio en las páginas de medicina natural por sus usos preventivos contra el cáncer. Entre las recetas que la raíz, familia del jengibre, aporta a la recuperación de los fumadores aquejados de molestias en la zona de la garganta, se encuentra el agregar media cucharada en un vaso de leche y beber, esa cantidad, de dos a tres veces al día.

Casi todas las plantas mencionadas pueden encontrarse, en los organopónicos de la ciudad, aunque antes de ser usadas, se recomienda la asesoría del personal médico especializado. Si tomamos conciencia de sus perjuicios, la lucha contra el tabaquismo será más fácil y le pondremos límites a ese gran enemigo que si algo le falta, es su lado humano.