A nivel mundial el tabaco es la primera causa de muerte prevenible y un elemento relevante para las enfermedades crónicas no transmisibles, y cada año mata a más de seis millones de personas, de las cuales, unas 600 mil pierden la vida por respirar humo ajeno, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

Expertos advierten que el tabaquismo, convertido en una epidemia cubana y mundial, constituye una dolencia mental y más de 50 enfermedades están asociadas a esa adicción, entre ellas, el cáncer de pulmón, de laringe, de boca, de faringe, de mama, de riñón y de vejiga; así como también la catarata, y la Psoriasis, y los hijos de madres fumadoras son más propensos a episodios de cuadros respiratorios.

Actualmente Cuba ocupa el tercer lugar en América Latina y el Caribe en cuanto a la adicción al tabaco, y de las 10 primeras causas de muerte, ocho de ellas están vinculadas con tal adicción, lo cual constituye un reto para la población y las autoridades de salud.

Aunque la prevalencia global del tabaquismo en el país ha disminuido, en los adolescentes ha aumentado, según refieren los resultados de la Encuesta Nacional de Tabaquismo en Jóvenes, de 13 a 15 años de edad, realizada en 2010.

Las estadísticas revelan que más de la mitad de las familias cubanas están expuestas al humo ambiental del tabaco; el 55 por ciento de los niños, el 51 por ciento de las embarazadas y el 60 por ciento de los adolescentes, alertó la doctora Elba Lorenzo, coordinadora nacional del Programa de Prevención y Control del Tabaquismo del Ministerio de Salud Pública.

Ello demuestra que la exposición de niños, adolescentes y jóvenes en Cuba a este agente contaminante constituye un problema de salud ante el cual se deben tomar medidas intersectoriales que permitan protegerlos y reducir la morbilidad y mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles.

Según revelan estudios realizados por el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiologia y Microbiología, la Antilla Mayor es uno de los países del planeta con mayor prevalencia de tabaquismo pasivo en el hogar.

Por tal motivo las autoridades sanitarias insisten en potenciar acciones de carácter educativo-preventivo que permitan incentivar en niños, adolescentes y jóvenes una cultura de rechazo ante este problema.

En tal sentido la doctora Lorenzo precisó que “lamentablemente Cuba no dispone de una ley abarcadora y solo cuenta con regulaciones dispersas en los diferentes sectores y organismos, pero hacerlas cumplir en cada uno de sus contextos es esencial en esta lucha contra el incremento de fumadores activos y pasivos en el país”, enfatizó.

También la máster Yanira Gómez, jefa del Departamento Independiente de Salud Escolar en el Ministerio de Educación (MINED), insistió en la necesidad de respetar el reglamento establecido en las instalaciones educativas.

Reiteró la especialista que ninguna persona que labore en los centros educacionales puede fumar en sus áreas, con el fin de promover una posición anti tabáquica que aleje a los niños, adolescentes y jóvenes del consumo de una droga portera, como se le conoce al cigarro, a partir de la cual pueden motivarse a consumir otras.

La funcionaria del MINED insistió en la importancia de que los docentes en todos los niveles de enseñanza deben convertirse en agentes preventivos del consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, e identificar precozmente signos y síntomas del empleo en los estudiantes.

Recalcó la especialista que la creación de espacios libres de humo de tabaco es el único medio eficaz para proteger a los niños, adolescentes y jóvenes, y alcanzar la meta de reducción del 30 por ciento en la prevalencia del tabaquismo para el 2025, según el compromiso de los gobiernos adscritos en la Agenda para el Desarrollo Sostenible.

Ante la tendencia al comienzo cada vez más precoz en la mencionada adicción, y en ocasión de celebrarse este 31 de mayo el Día Mundial sin Fumar, Elba Lorenzo alertó sobre la necesidad de promover políticas eficaces para reducir el número de personas fumadoras.

Alertó sobre la carga económica de esta adicción, que impone también a la sociedad gastos relacionados con la atención médica de las enfermedades que produce y sus complicaciones.

El tabaquismo es un problema para la salud pública, y se traduce en impactos negativos que no solo recaen en la salud de los fumadores, sino también en costos diversos para los ingresos individuales y familiares.