CAMAGÜEY.- Qué pena por el pueblo norteamericano, le tocó “bailar” con el más feo. Tendrá que vivir cuatro años de vergüenza y rubor soportando un presidente que lo abochorne cada vez que abra la boca, porque de ella solo salen exabruptos, representados como en los comic por culebras, gusanos, ratas y cuanto bicho repugnante se pueda concebir.

Preveo que nunca se cansarán de lamentarse de haberlo elegido gracias a su arcaico sistema electoral, aunque ahora digan que no es presidente por la mayoría de votos personales, ya que la Clinton obtuvo dos millones más que él.

Nadie sabe lo que le habrá de sobrevenir durante su mandato, aunque ya muchos vislumbran que serán muy pocas cosas buenas o quizá ninguna, no solo para ellos, los estadounidenses, según los adelantos que nos está dando el señor Donald Trump, sino para el resto del mundo también, que ya está dando signos de preocupación y ocupación ante las imprevisibles “barbaridades” que esta mente enajenada y perversa pueda desencadenar.

Por mi parte, si antes lo consideraba un energúmeno racista, xenófobo, misógino y otras execrables “virtudes”, ahora lo detesto y siento por él una gran repugnancia. Sus declaraciones ante el fallecimiento de Fidel Castro Ruz, el líder fundador de la Revolución Cubana lo denotan como un ser verdaderamente abominable y junto a ello, un terrible y peligroso ignorante, no solo de la realidad de Cuba, sino de lo que significó y significa Fidel para la región latinoamericana y caribeña y para el resto del mundo.

Sus groseros epítetos para calificar a Fidel, ante cuya muerte hoy se inclinan no solamente amigos sino también enemigos, que reconocen la trascendencia de su gigantesca obra material y humana en la Isla y la influencia de su pensamiento político, revolucionario y solidario en el área y fuera de ella, denotan la torcida personalidad de este espécimen, incapaz del más mínimo sentimiento de respeto y consideración para familiares, amigos y compatriotas, ante la pérdida de un ser querido.

Se equivoca intencionadamente señor Trump cuando trata de identificar el legado que nos dejó nuestro Comandante en Jefe, que no es ese de “horror” y de opresión que usted menciona, sino de dignificación y bienestar, sobre todo, cuando valoramos la riqueza y universalidad de sus ideas, con las que construyó la sociedad que hoy disfrutamos con todos los derechos que pueda necesitar para vivir digna y soberanamente un pueblo como el cubano, que es capaz además de repartir lo que tiene con aquel que lo necesite.

El viaje hacia “la prosperidad y libertad” que usted nos propone, no nos interesa, conocemos a dónde nos conducirá, al capitalismo brutal que usted representa, y ya hace mucho tiempo que dijimos “atrás ni para coger impulso”. Si Cuba es hoy un referente a escala mundial en el derecho al trabajo, a la salud, a la educación, a la cultura, al deporte y a todo lo que pueda necesitar el hombre para vivir honesta y soberanamente, se lo debemos a Fidel, al hombre cuya ejecutoria y memoria usted ofende con solo mencionarlo.

Si se enorgullece de haber contado con el apoyo de algunos votantes de origen cubano y de la Brigada invasora de mercenarios 2506 que salió trasquilada de aquí en abril de 1961, es su decisión la de rodearse de perdedores de la peor calaña.

Parece que como no hablamos el mismo lenguaje, no nos entenderemos en el futuro, porque lo que usted llama “totalitarismo” nosotros lo entendemos como socialismo, y ese sistema lo estamos construyendo con el objetivo de que sea próspero y sostenible y no habrá fuerza capaz de impedírnoslo, por poderosa que sea.