CAMAGÜEY.- Como cada día, Madame Curie vuelve a ser un campo de batalla. Se trata de una lucha que no protagonizan soldados y fusiles, sino peatones y los más disímiles medios de transporte. La calle Madame Curie es uno de los puntos más candentes dentro del entramado vehicular de la ciudad de Camagüey. Diciéndolo no se descubre ningún secreto.

Con dos sendas, esta vía asume el tránsito que normalmente tendría una avenida. Cuando se construyó allá por la década del 50 siguiendo la ruta del antiguo Callejón del Pollo, se empleaba con la única finalidad de llegar al poblado de Vertientes y dar acceso a la naciente urbanización de Previsora, sin muchas más pretensiones. Sesenta años después la historia es diferente.

Hoy no solo une a esas dos localidades, también sirve de paso para los residentes de repartos tan populosos como Previsora, Sánchez Soto, El Porvenir, La Belén y Nadales, y de enlace a decenas de instituciones productivas y almacenes que se ubican junto a su trazado o en la vecindad de las zonas que recorre.

Ahora mismo, decir Madame Curie es aludir a los habituales embotellamientos que se producen en su zona más “conflictiva”: entre la tienda La Guantanamera y el hospital Oncológico.

Allí llegan a diario más de una veintena de camiones para el transporte de personas que, sin cumplir las leyes establecidas, muchas veces se parquean en el medio de una de las sendas para dejar a sus pasajeros o recoger nuevos viajeros. No importa que con ello obstruya en buena medida la circulación de la arteria, las ganancias materiales están primero, sobre todo cuando ninguna autoridad de tránsito se encarga de imponer el orden que demandaría un espacio público de tan masiva concurrencia.

No son pocos lo que han sido testigos de las “luchas” de los vehículos por pasar primero, de las bocinas reclamando su derecho a avanzar, de los malabares de bicicleteros y motociclistas escurriéndose entre los espacios que dejan los carros y de los peatones que se lanzan a la aventura de cruzar la calle en tales circunstancias.

Esas “peleas” han afectado en ocasiones hasta las ambulancias que trasladan enfermos para el policlínico de Previsora o vienen de el municipio de Vertientes.

En los horarios pico, dígase de 7:30 a.m. hasta las 9: 00 a.m. y de 4 a 6 de tarde, la situación se complica mucho más. En palabras de un amigo “hay que ser un león manejando para pasar por ahí”. A esa hora el “campo de batalla” se llena de “luchadores”, si antes se podía pasar por uno de los dos lados de la carretera, ahora ambas vías están ocupadas.

En todo este caos se mueve a diario una parte de los estudiantes del Politécnico de la Salud que por cuestiones organizativas se dirigen a la Facultad de Enfermería, cercana al hospital Materno, para recibir sus clases. Cuestión a la que se le debe prestar la debida atención.

Hoy Madame Curie es un “sitio sin ley” donde el vehículo grande usa su fuerza contra el más pequeño y este a su vez contra el peatón, que al final es el que va “desarmado”. Hoy esa “pelea” de poderes necesita un desenlace por el bien de todos. Una medida sería abrir vías alternativas para drenar una parte de la circulación del lugar y que la policía o los agentes de la motorizada regularan el tránsito en las horas más difíciles. La única solución que se excluye es no hacer nada.