CAMAGÜEY.- A los enemigos de la Revolución de AFUERA, se les está acabando la “credibilidad distorsionada” de la realidad cubana con los viajes a la Isla de ciudadanos estadounidenses y de otras latitudes del planeta que, a riesgo y costo de altas multas, burlan el vigente bloqueo económico, comercial y financiero impuesto —hace 54 años— por Estados Unidos a Cuba.

Y hasta algunos detractores de adentro, han tenido que admitir que desde  el primero de enero de 1959 hasta hoy, la principal voluntad política del Gobierno socialista siempre ha sido proteger las vidas humanas y defender a sus nacionales dondequiera que estén en peligro, incluso, en fronteras de otros países hacia donde quieren emigrar.

El reciente paso destructor del meteoro Matthew es un vivo ejemplo del altruismo coterráneo enseñado por el líder histórico Fidel Castro, que aplican los revolucionarios en todo el mundo. Antes, cuando los huracanes Paloma por Guayabal en Amancio y Santa Cruz del Sur en Camagüey, y el Ike que azotó gran parte del país, ningún damnificado quedó desamparado, lo contrario a los afectados por Katrina en el sur de los Estados Unidos, donde decenas de familias huyeron tras el anuncio oficial de sálvese quien pueda y  los que no pudieron marcharse se ahogaron por falta de auxilio estatal o se las vieron negras para regresar y muchos ni siquiera han vuelto y ya pasaron 11 años de aquel desastre climático.

Y no es por carencias económicas, USA es el país más rico del orbe y la pequeña Cuba, a la cual el gobierno de Barack Obama simula acercamiento de amistad con la mano derecha extendida y con la siniestra, reactiva la ley de comercio en tiempo de guerra contra el enemigo de 1917, ¿guerra, enemigo, peligro de esta pequeña nación para al gran imperio?

Es absurdo, sin embargo, los daños causados por esa política de asedio que pretende asfixiar el pueblo privándolo de alimentos, medicinas y bienes necesarios… ha causado miles de muertos y billones de dólares en pérdidas económicas.

¿Cuánto habría podido invertir la Revolución en el beneficio social de los cubanos y en el desarrollo de la economía nacional, si no hubiera el inhumano bloqueo imperial?

El poderoso huracán Matthew atravesó la isla por el punto más oriental: y destrozó prácticamente Maisí , Baracoa, Imías, San Antonio del Sur… con vientos de categoría cuatro en la escala Saffir Simpson, cuyos habitantes salieron ilesos porque se evacuaron con antelación en lugares seguros. ¿Cómo fue posible? ¿milagro de dios? Amén de la fe, se impuso la voluntad política, la organización de un sistema de defensa de la población y sus propiedades personales por demarcaciones locales bajo las orientaciones de la Defensa Civil  y el Consejo de Defensa nacionales que en tiempo de paz al igual que ante cualquier amenaza de guerra, se vuelve escudo monolítico de San Antonio a Maisí para proteger las vidas de los  hijos de esta Patria, sin distinción de credos ni pensamiento político.

¿Cuántas cosas materiales más para la restauración de los daños  de los siniestros naturales, pudieran hacerse si no existiera el bloqueo? Es obvio, lo saben hasta los enemigos recalcitrantes de la Revolución, que se les acabaron los dedos de las manos para tapar el sol de la realidad cubana.