CAMAGÜEY.- Me acosté pensando en el 13 de agosto de 1926 y de que se cumpliría lo presagiado en la tarde del viernes: mañana es segura una alocución de Fidel.

Testigo de la premonición fue un editor de la página Web Adelante.cu, quien se marchó de la redacción con la idea de que eso podía suceder.

Y no es que uno sea adivino, era de presumir. Fidel tiene una, dentro de muchas otras, características especiales de reservar para momentos cumbres un espacio para escribir, meditar y alertar.

No podía faltar en la fecha de su onomástico hacernos reflexionar, a cubanos o no, sobre un pasado, proyectado en el presente y un presente, reservado de impostergables cambios de cara al futuro.

Con su acostumbrado lenguaje, sintético y medular, propio del periodista de altos quilates, que es, nos transportó hacia el Birán de su niñez, a los días de Pinares de Mayarí, con apenas ocho nueve años, junto a su padre, quien no pudo ver el triunfo de la Revolución.

Muchas personas en Camagüey, como en toda Cuba, esperaban con júbilo este 13 de agosto. Con múltiples iniciativas y banderas cubanas y del 26 ,colocadas en fechadas de instituciones estatales, de edificios multifamiliares y en viviendas individuales, ondeaban en homenaje al Gigante Mayor.La alegría desbordaba los rostros de la gente, compromisos acompañaban la jornada de trabajo con horarios especiales “para mi Comandante” como dijera una joven farmacéutica.

Los medios de difusión dedicaban espacios estelares en Camagüey. La TV con testimonios de hombres y mujeres que tuvieron la suerte –otros llaman privilegio—de conocer a Fidel.

El semanario Adelante elaboró una edición de lujo este sábado 13 de agosto, dedicaba íntegramente a Fidel, la que perdurará como una permanente fuente de consulta.

El artículo de Fidel: El cumpleaños es una obra con predicciones, de denuncia a la arrogancia imperial cuando Barack Obama visitó Japón, con sus ciudades de Hiroshima y Nagasaki blanco de las bombas nucleares de Estados Unidos y no pidió excusas; a la vez alertó sobre los riesgos que vive la humanidad por la ausencia de una paz verdadera y expresó su gratitud por las muestras de respeto hacia él.

Ochenta y seis minutos faltaban para el advenimiento del 13 de agosto, fecha de sus 90 años en un artículo que todo el pueblo anhelaba.

Es verdad lo que pensé: Fidel ni en víspera de su cumpleaños descansa en su nueva trinchera de combate, como investigador y soldado de las ideas, pero este 13 de agosto fue más allá, quiso darnos la sorpresa de que lo viéramos en el Karl Marx.