CAMAGÜEY.- Por fin el magnate Donald Trump ganó la puja de los republicanos, contra partidarios y contrarios demócratas para las venideras elecciones de los Estados Unidos frente a la candidata Hillary Clinton, convención republicana celebrada en Cleveland, Ohio, en medio de ofensas hacia la ex secretaria de Estado, y abucheos para el más cercano oponente saliente Ted Cruz, quien en ningún momento apoyó al multimillonario y en cambio llamó a los estadounidenses a un voto reflexivo: "Voten según su conciencia".

Avezados analistas del controversial proceso político, coinciden en que el versátil Trump, no solo se las tendrá que ver en las urnas presidenciales con los simpatizantes de la astuta Clinton, además, tendrá adversarios de su propio partido, del demócrata y una cantidad nada despreciable de negros, mujeres, gay e inmigrantes. Sin embargo, los mismos especialistas cuando él presentó su candidatura pensaron que no iba a llegar tan lejos.

Lo cierto es que el impredecible Donald, lo mismo se vira para primera que tira para tercera base, le canta las 40 a cualquiera y se disculpa, y con ese discurso ortodoxo no solo ha logrado colarse en la disputa de la silla presidencial, sino crecen sus adictos confundidos o no, en un país con botones nucleares, donde impera la Ley del Rifle al estilo del viejo oeste.

Y para colmo la Convención Nacional Republicana del pasado 21 de Julio en Ohio, quiso redondear el show mediático con el tema musical “We Are The Champions” de Freddie Mercury, bajo la protesta de la banda británica Queen que, aunque no lo ha hecho de manera oficial, anunció que no hay autorización para que Trump utilice su música en la campaña electoral.

En estas elecciones de Estados Unidos, donde es posible que una mujer sea la primera mandataria de la Casa Blanca, igual que Theresa May en Gran Bretaña, ha habido de todo menos programas sociales y económicos a favor de la mayoría norteamericana y de los desposeídos de la tierra, y sí mucha amenaza de violencia internacional, incluido el uso de las ojivas nucleares como insinuó la ministra británica para “defender” el Reino Unido.