Camagüey.- Hasta el 4 de junio, Cuba es la anfitriona de la VII Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, con sede en el Palacio de Convenciones de su capital. La AEC viabiliza la organización para la consulta, la cooperación y la acción concertada en la esfera del comercio, el transporte, el turismo sostenible y los desastres naturales en el Gran Caribe, objetivos ambiciosos y certeros en bien de la humanidad.

En esta provincia, como en toda Cuba y más allá de nuestras fronteras, se siguen de cerca los acontecimientos relacionados con la cooperación regional y el proceso de integración, y salen a relucir recuentos obligados, que al final fortalecen los propósitos y objetivos de sus estados miembros.

Las batas blancas cubanas han llegado a las regiones más apartadas e intrincadas, en muchas de las cuales nunca sus habitantes habían sido asistidos y menos tocados por la mano de un médico.Las batas blancas cubanas han llegado a las regiones más apartadas e intrincadas, en muchas de las cuales nunca sus habitantes habían sido asistidos y menos tocados por la mano de un médico.De estos 25 países relacionados como estados miembros y que son: Barbados, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, El Salvador, México, Panamá, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, Las Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, St. Kitts y Nevis, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, y Venezuela, Camagüey está representada por profesionales, técnicos y trabajadores de servicio de la Salud Pública en los últimos 16 mencionados, con mayor cantidad en la República Bolivariana de Venezuela, donde suman 2 042.

Repasar colaboraciones de este tipo trasciende de una manera particular, máxime si tenemos en cuenta que entre los actores sociales de la AEC está la Asociación Médica del Caribe (AMECA).

Las batas blancas cubanas han llegado a las regiones más apartadas e intrincadas, en muchas de las cuales nunca sus habitantes habían sido asistidos y menos tocados por la mano de un médico. Ellos, como el personal de enfermería, técnicos y otros, ganan día a día el respeto y admiración de pacientes y sus familiares, igual entre las autoridades locales y mundiales, por el altruismo y desinterés que profesan.

El paso de este ejército sin armas, pero con mucha ciencia y amor al prójimo, deja huellas imborrables con su asistencia médica, esa que se ve enriquecida con el desarrollo de campañas de educación sanitaria y de vacunación masiva, además, del control higiénico-epidemiológico.

Recuerdo aquella muestra de solidaridad e internacionalismo como respuesta al azote del huracán Mitch a Centroamérica a finales de 1998, allí también estuvieron los camagüeyanos, sobre todo en Honduras y Guatemala, países que registraron muertes, desaparecidos y las consabidas consecuencias horrendas en sus infraestructuras económicas y sociales.

Entonces Cuba comenzó con el Programa Integral de Salud (PIS), a favor de Centroamérica y el Caribe, el que más adelante llegó a naciones africanas y asiáticas, con la inclusión de la formación y capacitación y en la Mayor de las Antillas, al abrirle sus puertas a jóvenes caribeños en las aulas de la Escuela Latinoamericana de Medicina, junto a educandos de otras latitudes.

Si encontramos un acierto valedero de la AEC es precisamente ese denominador común de luchar por el bienestar de sus pueblos, y en este cónclave que finalizará mañana está previsto la Declaración de La Habana y un Plan de Acción, que sin lugar a dudas fortalecerán el proceso de revitalización iniciado en el 2013.

Por supuesto, y así se espera, que de este encuentro, en el que participan los miembros asociados e invitados, deriven fuente de inspiración para afirmar, una vez más, a América Latina y el Caribe como zona de paz, proclamación que se escuchó en Cuba en enero de 2014.

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