Mesa-Lago, el mismo ciudadano de origen cubano que decidió establecerse en Estados Unidos de América, devino representante de la denominada “cubanología” (estudios desde el extranjero del acontecer en la nación, sobre todo después de 1959) y es considerado por detractores de nuestra Revolución como la primera autoridad mundial de economía del Caimán Verde, precisó en la inscripción de su título: “El VII Congreso del Partido Comunista de Cuba no ha impulsado la apertura esperada tras la visita de Obama a la isla”.

En correspondencia, muy poco tiene de extraño que este autor y columnista del periódico español El País comience el trabajo de marras expresando: “Contrariamente a lo que se esperaba, el recién concluido VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) básicamente ha mantenido el statu quo”. No obstante, vale la pena detenernos en algunos de sus vaticinios, sin dejar de reconocer que en un alarde de objetividad también escribió: “Un avance fue el rejuvenecimiento del Comité Central […]”.

Inquiere el académico en cuestión:

“¿Por qué no se avanzó en el VII Congreso de la misma manera que en el VI? Una posible razón es que la visita de Obama generó apoyo en la población y una dinámica de cambio para la que no estaba preparado el Gobierno. Contrario a la idea de que esto impulsaría las reformas estructurales, los que se oponen a ellas han reforzado sus argumentos sobre los graves riesgos que conllevan en un momento ideológico-político difícil” —las negritas son del autor.

En este escenario, me siento en el deber de significarles a mis lectores que la aversión a nuestro Socialismo no le permite a este ilustre analista darse cuenta de que el respeto y la admiración profesada por cubanas y cubanos al principal inquilino de la Casa Blanca constituye un reflejo de la decencia ante un visitante y la cultura que nos caracteriza en sentido general, incluyendo la capacidad de discernir que una cosa es el imperialismo yanqui y otra el pueblo norteamericano; al paso que subrayo que con tal manifestación este cubanólogo trata de hacer creer que nuestro Gobierno, el PCC y su liderazgo encabezado por Fidel Castro y Raúl Castro, están conformados por improvisados y miopes de la realidad nacional y el entorno que le rodea. ¡Mayúscula pifia en un catedrático!

A la sazón, pues, si igualmente considero que muy poco tiene de extraño que Mesa-Lago concluya con que “Hay que preguntarse si esto ayudará a la economía, al bienestar de los ciudadanos y al proceso de normalización con Estados Unidos”; entonces, ante este símbolo de la desilusión en las filas adversarias porque el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba no satisfizo sus apetencias, concluyo resaltando que asistimos a una muestra de que esta cita partidista nos augura que marchamos por buen camino. ¡Amén!

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