El elefante es el símbolo que identifica a esa agrupación en Estados Unidos  y el asno a los demócratas.

Para el llamado partido rojo, también conocido como GOP, de Grand Old Party (El Viejo Gran Partido), el paquidermo expresa dignidad, fuerza e inteligencia, mientras para sus rivales de la organización azul,  el burro representa digna, humildad, patriotismo, habilidad, ingenio, talento y coraje.

Dejando a un lado las identificaciones, son muchos los que predicen hoy un enfrentamiento el 8 de noviembre en las elecciones presidenciales entre el magnate neoyorquino Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton.

Sin embargo, aunque importantes estrategas republicanos como el "guru de Bush", Karl Rove, plantean que la candidatura de los rojos está lejos de resolverse, algo relativamente cierto, pues después de cuatro votaciones  solo 133 delegados a la convención nacional de julio fueron seleccionados de un total de cuatro mil 472.

Pese a los éxitos de Trump en Nevada y Carolina del Sur, muchos análisis buscan restarle fuerza e indican que los republicanos todavía tienen tiempo para reunirse detrás de un candidato que no sea el actual puntero.

Pero, si el showman republicano sale victorioso en varios estados el 1 de marzo (Súper Martes) y a partir del 15 de ese mes obtiene éxitos en Ohio y Florida, donde el vencedor se agencia todo lo que está en juego, su retador tendrá que hacer un esfuerzo extraordinario para derrotarlo.

Para bajar a Trump del elefante, los republicanos están obligados a unirse detrás de un concursante que sea capaz de vencerlo, algo difícil, pues la opción en el grupo que compite es previsiblemente el senador Marco Rubio, alguien que muchos consideran de futuro y aún no preparado para enfrentar el reto.

El analista Dick Morris, quien se desempeñó como asesor del presidente William Clinton, es de los que considera que ese plan está encaminado al fracaso pues una salida, por ejemplo, del senador Ted Cruz,  puede determinar que sus seguidores se volcarán a Trump, quien representa más el sentimiento antiestablecimiento (anti-establishment) que Rubio.

Por otra parte, muchos de los endosos que recibe el joven senador de Florida son como un abrazo de muerte, pues los rebeldes republicanos que se oponen a todo lo que se parezca a Washington,  se unirán a Trump, estiman expertos en elecciones.

Los intereses especiales que hoy tratan de golpear a Cruz para que abandone la carrera no hacen más que crear más votos para el multimillonario neoyorquino y un ejemplo de ello es que el electorado rojo está 2 a 1 contra la élite partidista, lo que acentúa las posibilidades de Trump, al que, incluso, algunos pitonisos le dan un alto porcentaje para llegar a la Casa Blanca sobre Clinton.

Por otra parte, las probabilidades matemáticas sobre la obtención de delegados para ganar la nominación republicana en Estados Unidos se abren a favor del aspirante Donald Trump, según análisis de medios de prensa.

A la puerta de primarias donde el vencedor se lleva todos los cupos en juego, el magnate neoyorquino puede acercarse decisivamente a los mil 237 delegados necesarios para ser el abanderado de la causa roja en noviembre, comenta el diario digital The Hill.

Los estados que lo dan todo al vencedor, solo ocho, comienzan su votación el 15 de marzo y el empresario es el candidato con la mejor oportunidad para sumar más puntos a su favor.

Dos ejemplos ilustran las posibilidades del inversionista, pues supera al senador Marco Rubio en Florida y al gobernador John Kasich, en Ohio, los dos primeros estados en el calendario donde el vencedor se lleva todos los delegados.

Si Trump confirma lo que dicen las encuestas, pues está al frente en esas regiones, sería muy difícil para sus adversarios acercarse en los números.

Según Josh Putnam, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Georgia y considerado una autoridad en la materia, si el actual puntero lo hace tan bien como él espera el Súper Martes de la próxima semana y establece una ventaja, y vence en Ohio y Florida, sería prácticamente imposible darle alcance.

El Súper Martes están en juego cerca de una cuarta parte de todos los delegados y el llamado "showman" republicano marcha al frente en ocho de los 11 estados, según sondeos.

En Texas, que reparte 172 boletos a la convención nacional de Cleveland, el inversionista debe obtener un buen resultado y repartirse los cupos casi a partes iguales con el senador Cruz, quien representa a ese estado.

Si los pronósticos se cumplen entre el 1 y el 15 de marzo, el actual puntero pondrá su marca por los republicanos, en lo que puede influir si gana los 66 delegados de Ohio y los 99 del llamado estado del sol, donde supera a Rubio por más de 20 puntos, de acuerdo con el promedio de consultas del sitio RealClearPolitics.

Llama la atención que pese a su lenguaje incendiario y antiinmigrante, el multimillonario obtuvo una sorprendente victoria en Nevada entre los latinos republicanos, el 44 por ciento, Rubio llegó con el 29 y Cruz con el 18 por ciento.

Eso no significa que este respaldo sea decisivo, pues los electores republicanos de la comunidad hispana apenas representan el 17 por ciento en Nevada, donde el 55 por ciento se inclina por los demócratas y el 28 por ciento no está afiliado a ninguno de los dos partidos, según estadísticas de organizaciones comunitarias.

Sin embargo, es un grupo poblacional que puede favorecerlo para que sea el abanderado de la causa roja, y más cuando su campaña dio ya indicios de que moderará su lenguaje agresivo contra los que viven sin papeles en Estados Unidos.

Por otra parte, y aunque se consume una estrategia partidista detrás de Rubio, el joven y oportunista senador de Florida no logró avances notables y la brecha entre los dos es de por lo menos 10 puntos porcentuales en los tres concursos, desde que se inició el proceso de primarias.

Por otra parte, las encuestas no lo proyectan como triunfador en ninguna de las votaciones del Súper Martes, según el resumen de sondeos de RealClearPolitics.

En el caso de Cruz, ahora la aparente oveja negra, los últimos resultados evidencian que no es rival para el favorito y no es alternativa, incluso, entre los conservadores evangélicos.

El previsible triunfo del puntero el Súper Martes de la próxima semana, que reparte cerca de 600 delegados, puede ser crucial para terminar de apuntalar y hacer inevitable su nominación, con lo que retaría el plan de los demócratas de ganar un tercer mandato en la Casa Blanca.

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