A mi hermana le orientaron este martes una tarea relacionada con el tema, en la cual precisó mi concurso. Y en el primer contacto con la funcionaria que debía entrevistar para este encargo, teléfono mediante, jocosamente me dijo: “¿árboles de nuevo?, acabo de salir de una discusión sobre ellos”.

¿Estará este asunto preocupando a más de una cabeza? Es este, parece, el momento justo para hablar de “los árboles”. ¿Cómo usted ahora mismo “respira” a nuestra ciudad?¿Siente que convive en un medio saludable, disfrutable? No se trata solo de asumir meras posturas ecológicas; es de ser prácticos.

Los llamados espacios verdes regulan el clima, proporcionan oxígeno, mitigan el ruido, absorben los contaminantes; son equilibradores ambientales del suelo, el agua y el aire. Por tanto resultan indispensables tanto la construcción de calles y tiendas como el fomento de un entorno ecológico pleno.

En conversación con Yorqui Ríos Varela y Lázara Rivero García, vicepresidente de Transporte y Comunicaciones de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Camagüey y subdirectora de Floricultura, Áreas Verdes y Mobiliario Urbano de la Dirección Municipal de Comunales, respectivamente, este semanario conoció que desde el año 2012 en la ciudad no se realizan inversiones encaminadas a la siembra de árboles pues el presupuesto se destinó a obras como las del Programa Ciudad 500.

Prioridades aparte, entendibles o no, cabe la pregunta, qué tipo de ciudad soñamos si en estos emplazamientos también nos jugamos la salud de la actual y las futuras generaciones, el ornato de la ciudad, la vitalidad de las estructuras arquitectónicas concebidas antaño, la estética cívica.

Los funcionarios referidos aseguraron que la reparación de viales prevista para el 2016 en la provincia incluye a la Avenida de los Mártires, la 26 de julio y la Amalia Simoni, la cual contempla la reforma de la superficie verde de las calzadas. En plan de Comunales Municipal figura la cifra de 2 414 árboles a sembrar este año en arterias principales y parques. Mas, no se intenciona la confección de áreas verdes en las barriadas jóvenes que en los últimos años se han desarrollado en Camagüey; en ese sentido el centro de la ciudad consume la gestión y las discretas acciones.

Urgen las proyecciones encaminadas a la sustitución de árboles envejecidos pues es esta una de las problemáticas que más nos aqueja. Y emerge la duda de para qué año la nuestra será una ciudad vegetativamente poblada si se tiene en cuenta que una planta para convertirse en árbol tarda unos cuantos años.

Si nos guiáramos por los nueve metros cuadrados de áreas verdes (m2AV) por habitante que establece la Organización Mundial de la Salud para una urbanización racional, ¿en qué estado nos encontramos? Ante la incógnita pudimos conocer que, según datos de Comunales Municipal, ellos atienden 1 508 000 m2AV en sitios públicos de la capital provincial. Entonces, la lógica indica que no le llegamos a la norma: en la ciudad disponemos de aproximadamente cinco m2AV per cápita.

Actualmente son pocos los espacios abiertos destinados a la socialización y el esparcimiento, y no muy reconocible el fomento y manejo de la vegetación con la que interactuamos a diario, ¿cimentamos una urbe o un caos urbanístico?

Además del compromiso de las entidades gubernamentales vinculadas con el tema muchas veces la irresponsabilidad social es otro catalizador en el proceso de degradación forestal. No podemos deshojar o talar un árbol del espacio citadino porque nos incomode o afecte; son otros los mecanismos.

La filosofía enseña que el hombre más allá de interpretar debe transformar el mundo en su beneficio; dominemos menos la naturaleza y aprovechémosla más. Cultivemos una sociedad con valores y riquezas ambientales y no una estéril en ambos sentidos.

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