Para los cubanos esto está ocurriendo ya, aún cuando faltan algunos días para despedir el 2015, fructífero para algunos en el panorama universal, menos fructífero para otros y desastroso para no pocos que han visto empeorar su situación personal o colectiva.

Tan globalizado está el mundo y por lo tanto tan interrelacionado que un estornudo de un esquimal en Alaska encuentra eco en las soleadas playas del Caribe, pero con independencia de ello, cada país tiene sus propias cuentas.

Las nuestras, a primera vista, ofrecen un saldo positivo, modesto, pero positivo al fin, si valoramos, en primer lugar, los resultados de la economía que por el crecimiento del Producto Bruto Interno (PIB) en un 4% nos está indicando que vamos abandonando la senda de los menguados incremento de ese indicador que lastraban nuestros balances anuales.

Otro índice, como el de la productividad del trabajo creció en un 30% en el primer semestre, al igual que el salario mensual de los trabajadores en un 12, debido a una mayor eficiencia, el aprovechamiento de la jornada laboral y la disminución de los gastos y los costos.

Todos los sectores productivos crecieron comparados con el 2014, aunque algunos tan importantes como la Agricultura, la Construcción, la Industria Azucarera, el Transporte, no alcanzaron sus respectivos planes, pero las empresas estatales con pérdidas se reducen de 245 el pasado año a solo 64 en este, situación que deben resolver estas últimas so pena de desaparecer como entidades de la economía.

En fin que ya se comienzan a ver los primeros resultados de la actualización del nuevo modelo económico que el país lleva adelante con el fin de producir más con mayor eficiencia y productividad, alcanzar mayores renglones exportables y reducir las importaciones y lograr elevar por estas vías el salario de los trabajadores y su calidad de vida.

Por otra parte, el presupuesto del Estado en el año fiscal se comportó por debajo del déficit previsto en la Ley y la recaudación tributaria tuvo un comportamiento favorable, tanto del sistema empresarial estatal como del sector privado, sin que ello quiera decir que desaparecieron las indisciplinas evasivas.

La evaluación del comportamiento del 2015 para los cubanos no puede ignorar el fuerte impacto de la sequía por la falta de lluvia en la economía, el medioambiente y la sociedad la cual ha obligado a inversiones millonarias para garantizar el abasto de agua a la población y a la producción agropecuaria, sensiblemente afectada.

No obstante ello, los sectores sociales como la Salud, la Educación, además de la aplicación de sensibles mejoras para la prestación de sus servicios con mayor calidad y eficiencia, fueron también desde el punto de vista de sus instalaciones y equipamiento, objeto de cuantiosas inversiones.

Conjuntamente con los resultados de la economía y en el aspecto social, el proceso de normalización de los vínculos diplomáticos entre Cuba y los Estados Unidos continuó su desarrollo a pesar de que el bloqueo mantiene todo su rigor y asunto tan importante para la Isla, como la devolución del territorio que ocupa ilegalmente la base naval norteamericana en Guantánamo, no se ha resuelto, como tampoco lo relacionado con las compensaciones por los daños causados, ni el cese de las trasmisiones subversivas de emisoras radiales y televisivas hacia el territorio nacional.

Sin embargo, en algunos aspectos se ha avanzado y Cuba ha reiterado su voluntad de continuar el diálogo con los Estados Unidos bajo las premisas del respeto mutuo, convencida de que a pesar de las diferencias es posible mantener relaciones civilizadas que beneficien ambos pueblos.

 Para el 2016, el plan de la economía prevé potenciar al máximo sus reservas internas, dirigir sus recursos hacia aquellas actividades que garanticen exportaciones y sustitución de importaciones, priorizar las inversiones de continuidad y crecer en las del sector productivo que garanticen mayores ingresos externos, las de infraestructura y de sectores estratégicos.

En el orden social se garantizarán los servicios básicos, como educación, salud y otros, como la seguridad social, la sostenibilidad de la generación eléctrica, y un mejor y más eficiente uso de los portadores energéticos.

En el escenario internacional, los principios de soberanía e independencia que caracterizan nuestras relaciones con todos los países, se mantienen inalterables, al igual que nuestra vocación solidaria, e integracionistas en la región latinoamericana y caribeña.

Sin ignorar los problemas internos aún no resueltos, como nuestras carencias materiales y mayores satisfacciones espirituales, los cubanos seguimos mirando con optimismo nuestras realidades actuales y futuras, convencidos de que en nuestras manos está la realización de los sueños de que podemos forjar, un mundo mejor.

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