Tan siniestro como el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto y mantenido  por más de medio siglo, este engendro desalienta las salidas legales de los cubanos con la negación de visas para ingresar a los EE.UU; sin embargo, incita  con  recibimientos preferenciales a aquellos que puedan pisar suelo del “sueño americano”, tras peligrosas travesías por el Estrecho de la Florida, la frontera Mejicana u otros países, periplos que le han costado la vida a cientos de personas.

Esta arbitraria política migratoria, a pesar de las rondas de conversaciones entre ambos países para darle curso a los viajes legales directos, continúa inalterable y fue la causa de tres grandes conflictos o salidas en masa: Camarioca en 1965; Mariel 1980 y la denominada “crisis de los balseros” en 1994, sucesos esgrimidos por los enemigos de la Revolución para atacar a La Habana de todas las desgracias, cuando en realidad los incumplimientos de las visas ofrecidas y las trabas de la reunificación familiar o visitas -como se sabe mundialmente-, dependen del país receptor, en este caso los Estados Unidos.

Ahora una nueva crisis protagonizan más de 2 500 cubanos en la frontera de Costa Rica y Nicaragua, la mayoría salidos de Cuba por la vía legal que, ante la imposibilidad de viajar sin escala hasta el país más rico del mundo cuyo gobierno les niega la entrada legal, tratan de llegar a la nación por vías inusitadas que aprovechan los coyotes traficantes de personas para lucrar y engañarlos, mientras los artífices y seguidores de la Ley de ajuste Cubano, desvirtúan la esencia del éxodo y arremeten contra la Revolución y en este caso, tratan de provocar la apertura de viejas heridas fronterizas entre ticos y nicaragüenses.

Sin embargo y “fuera” del tenso conflicto migratorio, la embajadora estadounidense en Nicaragua, Laura Dogu, declaró a medios de prensa del país centroamericano que “Estados Unidos va a darles permiso de vivir a los cubanos si llegan a los EE.UU. Ahora están en otros países y estos tienen responsabilidad de cuidar a esos migrantes que están pasando por sus territorios”.

Es obvio: Estados Unidos, el país que puede abrir sus puertas al éxodo provocado por la torcida política de pies-secos-pies mojados, se lava las manos y se regodea ante la crisis creada aprovechada por los enemigos de Cuba para la más sucias mentiras de los derechos humanos en la Isla.

El Gobierno Cubano manifestó desde las primeras concentraciones de migrantes que aquellos que salieron de Cuba por la vía legal, podrán regresar a su país. No obstante, la prensa reaccionaria publica que esos cubanos huyeron por problemas políticos y temen regresar, cuando el argumento principal de llegar a la más rica nación del mundo es económico, pues la Isla continúa bloqueada, precisamente, por los Estados Unidos, quien a su vez niega la entrada legal de los cubanos y estimula la emigración ilegal con opciones preferenciales que se le niega a cualquier otro expatriado del planeta.

{flike} {plusone} {ttweet}