Tanto el presidente Nicolás Maduro, cuando dio a conocer estas medidas, detonadas por el ataque de bandas paramilitares a jóvenes de las Fuerzas Armadas Bolivarianas con el saldo de dos heridos de bala,  como la canciller Delcy Rodríguez, han explicado exhaustivamente las razones venezolanas para el despliegue de la Operación Liberación y Protección del Pueblo como muro de contención contra las acciones de bandas paramilitares procedentes de territorio colombiano y el voluminoso contrabando de bienes alimentarios, medicinas  y combustible que por aquí se realiza como parte de la guerra económica desatada por la derecha oligárquica con el apoyo imperialista, para hacer colapsar a la revolución chavista.

Téngase en cuenta que alrededor del 40 % de estos productos se escapan por la porosa frontera de más de 100 kilómetros de Táchira hacia territorio colombiano los cuales constituyen un modo de vida para la población mal atendida de esas zonas fronterizas, carentes de otras fuentes de empleo y comercio.

Sin embargo, de ninguna de estas razones se habla en la “gran prensa” internacional, como tampoco se dice del trato humanitario que las autoridades  dan en los pasos fronterizos a los colombianos que trabajan en Venezuela, que son naturalizados aquí o que se benefician de los servicios médicos que presta la revolución bolivariana a su población gratuitamente y de alta calidad.

Ahora basta media vez que en legítima defensa el Gobierno de Maduro decida ejecutar acciones para contrarrestar los males que tratan de desestabilizar la nación, para que se desate una cruenta carrera de mentiras y distorsiones de la realidad, no solo de los medios de difusión transnacionales que son la punta de lanza, sino de los gobiernos imperialistas que no cesan en sus intenciones y objetivos de derrocar a la revolución bolivariana.

No han faltado voceros o funcionarios estadounidenses para presentar el cierre de las fronteras como un acto de hostilidad del Gobierno bolivariano contra Colombia y sus ciudadanos de las zonas fronterizas, que viola los derechos humanos de esas personas.

Otros han ido mucho más lejos en sus consideraciones aberrantes, como los que pretenden una vinculación de las medidas defensivas decretadas por Maduro como una decisión protectora para un cartel de narcotraficantes llamado de los Soles.

En todos los casos, las autoridades venezolanas han rechazado tajantemente tales versiones e imputaciones y han hecho valer la legitimidad de sus razones, al tiempo que han condenado las declaraciones tendenciosas de los funcionarios gubernamentales de los Estados Unidos y la Unión Europea por considerarlas una intromisión en sus asuntos internos.

La vocación pacifista le viene a la revolución bolivariana desde que tomó el poder con Hugo Chávez al frente. Habla y lucha por la paz con amigos y enemigos y las actuales decisiones tienen como objetivo supremo ese fin, al igual que las conversaciones con las autoridades colombianas, imprescindibles para lograr una frontera pacífica y respetuosa.

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