Es muy sintomático este fenómeno y me baso, entre otras razones, en el comunicado de prensa, emitido ayer por las organizaciones de la Sociedad Civil Cubana.

La representación de la Mayor de Las Antillas empezó a descubrir irregularidades en el proceso de acreditación para el foro desde el 7 de abril y pregunto: ¿Qué había que esperar para que los documentos estuvieran listos con suficiente tiempo?

El evento está más que anunciado y el hecho de que estas incongruencias sucedan ponen en tela de juicio, no ya a una persona en particular, sino al país como anfitrión que, como declaró el miércoles a Telesur Juan Carlos Varela, presidente de Panamá, el objetivo de su nación es ser un país de unión, diálogo y consenso.

La entrevista no estuvo dedicada a abordar particularmente este asunto, sino a ofrecer sus impresiones sobre la VII Cumbre de las Américas, que se celebrará en ese país el 10 y el 11 de abril y a señalar algunas cuestiones hacia lo interno en que Panamá está destinado a ser un país de unión.

El problema de la acreditación está enrarecido. ¿Cómo explicar que mercenarios y terroristas, que nada tienen que ver con la digna Sociedad Civil Cubana, lucieran sus “flamantes” credenciales o entraran al país como Pedro por su casa?

Mientras esto ocurre en Panamá recuerdo la presencia en Cuba, durante cinco días en enero de 1976, del General Omar Torrijos, quien estuvo acompañado en su recorrido por el país, por el Comandante en Jefe Fidel Castro, momentos inolvidables para cubanos y panameños.

En Santiago de Cuba, cuna de la Revolución, en un discurso pronunciado por el Líder Histórico cubano, manifestó que: “La visita del máximo dirigente de Panamá y de la delegación panameña a nuestro país, es una máxima expresión de amistad y soberanía”.

Y en Camagüey, en la provincia centro oriental cubana, donde se origina eeste comentario, estuvo el 13 de enero el General Torrijos, aclamado por miles de personas a su paso por todas las calles de esta ciudad y a su arribo al central “Panamá”, al sur de la capital provincial, donde lo vitorearon trabajadores azucareros y de los diferentes sectores económicos y sociales.

En el politécnico “Cruce de La Trocha”, recuerdo como si fuera hoy, al preguntarle por la acogida manifestó: “Me siento sumamente emocionado por el recibimiento tan cariñoso, tan cálido y tan espontáneo”.

Esperemos que los lazos de amistad de los panameños y cubanos, como cuando viajó Torrijos a Cuba, se robustezcan ahora con la VII Cumbre, en medio del mal momento pasado por los delegados de la Sociedad Civil Cubana.

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