Sí, ese mismo, del que ya escribimos en otra ocasión, el que en los últimos años se ha visto envuelto en más de una investigación federal por sus malos hábitos de practicar la corrupción, prostitución y uso de influencias para obtener beneficios propios y sobre todo disfrutar de jugosas donaciones para sus aspiraciones electorales.

Este Bob, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano se le inició en enero del 2014 una investigación por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) acusado de crimen federal por haber ayudado a los hermanos Isaías, un par de fugitivos ecuatorianos buscados en su país desde fines de los años noventa, por cargos de malversación a los clientes del banco Filabanco, de su propiedad.

Más recientemente, se fue de vacaciones a República Dominicana y se hospedó en la mansión de su amigo estomatólogo millonario Salomón Melgen y a raíz de dicho viaje dos menores de edad lo acusaron de haber tenido relaciones sexuales con ellas, las que sospechosamente, con posterioridad se retractaron, pero este incidente y el viaje tuvo su secuela, ya que aprovechó su estancia para ejercer presión sobre las autoridades dominicanas para beneficiar a su anfitrión en negocios portuarios.

Esta "gracia" les costó a Menéndez que el Departamento de Justicia abriera una investigación para determinar si realmente había utilizado la influencia de su cargo senatorial en la decisión de las autoridades a favor de Salomón, pero, como ocurre con frecuencia, para "limpiarse" el investigado nos pasó la culpa a los cubanos aduciendo que habíamos influido en dicho Departamento, para que iniciara tal acción judicial contra él.

Hecha esta presentación, vuelve Bob a la palestra anticubana, ahora dirigiendo una carta al presidente panameño para recriminarle su disposición a invitar a Cuba a la Cumbre de las Américas a celebrarse en ese país en el mes de abril del 2015.

Como se conoce, recientemente la vicepresidenta panameña visitó la Isla y en entrevista con el presidente Raúl Castro formalizó dicha invitación que fue agradecida por el gobernante cubano.

Tal posibilidad motivó que el Senador mostrara su "consternación" y se viera obligado a declarar que la presencia de nuestro país en el cónclave socavaría el espíritu de la cita fundamentada en la "gobernabilidad democrática".

No contento con ello, en abierta amenaza chantajista, como le corresponde a alguien de su calaña, ha elaborado un proyecto de resolución para presentar al Congreso estadounidense para el caso en que Cuba ingresara en la Organización de Estados Americanos (OEA) se le suspenda por parte de Estados Unidos el aporte de fondos a dicha organización, que representa más del 60% de su presupuesto.

En pose moralista, que no le cuadra con su larga lista de corrupción, fraudes y falta de ética, ha dicho que "no va gastar el dinero de los contribuyentes en una organización que quiere reintegrar a Cuba, que es una dictadura", pero lo lamentable es que no mostrara el mismo celo y prejuicio cuando su amigo Melgen por supuestos servicios estomatológicos a Medicare que nunca prestó le cobrara miles de dólares al Estado norteamericano.

En fin, soberanamente y teniendo en cuenta lo que más convenga a la unidad integradora regional, en el momento que lo considere oportuno, Cuba decidirá si ingresa o no a la OEA y si asiste a la próxima Cumbre de las Américas a celebrarse en Panamá en el 2015, sin dejar de agradecer el consenso latinoamericano y caribeño que respalda su derecho a estar presente en dicho cónclave, y como es natural, la gentileza de parte de las autoridades panameñas por invitarnos, a pesar de los "ladridos de Bob".

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