CAMAGÜEY.- La mesa está servida para el juicio político al presidente Donald Trump después que el Comité Judicial de la Cámara de Representantes aprobara los dos artículos por los que será enjuiciado el mandatario estadounidense que no son otros que abuso de poder y obstrucción.

Los demócratas, entre las múltiples opciones que pudieran haber usado para desencadenar un proceso de impeachment contra Trump, esperaron pacientemente, para desgastar la figura del mandatario a lo largo de casi tres años de su permanencia en la Casa Blanca, lapsus en que las numerosas violaciones en el ejercicio del cargo, que van desde la evasión de impuesto hasta el acoso sexual y los errores en la conducción de la política exterior e interna del país, hubieran bastado para enjuiciarlo.

A juicio de la cúpula del partido, el sonado escándalo ocasionado por las presiones ejercidas por Donald Trump sobre el presidente ucraniano Zelenski para que investigara supuesta vinculación del exmandatario Joe Biden en hechos de corrupción, posible candidato a las elecciones presidenciales de los demócratas, y así obtener ventajas políticas para sus aspiraciones a un nuevo período en Washington, fue el momento que esperaban para iniciar el proceso.

Después de aprobado por el Comité Judicial el desencadenamiento del impeachment contra Trump, pasará ahora al pleno de la Cámara Baja en la que también se espera sea sancionado al contar los demócratas con amplia mayoría y que a pesar de que algunos de sus miembros se abstuvieran, siempre se obtendrían los 218 votos necesarios para dar su positivo consentimiento.

Se espera que en el transcurso de esta semana ocurra el pronunciamiento de la Cámara de Representantes, por lo que el juicio político pasará a decisión del Senado donde los republicanos cuentan con mayoría, por lo que se especula que aquí será rechazado a pesar de que los observadores consideran que existen miembros de ese partido que ante el deterioro de la imagen del presidente no quieran comprometerse con él con su voto y esto podría darle un vuelco a la situación.

Apruébese o no la destitución del presidente, la incertidumbre se desplaza ahora en qué medida todo el proceso desencadenado contra las aspiraciones del candidato republicano a un nuevo mandato ha servido para impulsar sus posibilidades de éxito en las elecciones del mes de noviembre al dar por contado el 40 % de aprobación entre sus partidarios, o si por el contrario, el deterioro que se ha producido de su ejecutoria al frente de la nación, por las violaciones constitucionales cometidas, inclinará el balance hacia los demócratas que aún no han decidido su candidato a la contienda.

Se abre así un compás de espera, debido al receso de fin de año de ambos cuerpos legislativos del Congreso, por lo que el veredicto final acerca del juicio político tendrá su desenlace posiblemente en enero del 2020.