Caricaturas: Tomadas de CubadebateCaricaturas: Tomadas de CubadebateCAMAGÜEY.- Mi álbum de fotos de la infancia inicia con un árbol genealógico. Guarda, además, entre las imágenes, un dibujo que retrata a mi familia.

El diagrama que hizo mami para mí y los trazos que nos obsequié, son más fieles a la realidad que unas cuantas instantáneas. En el primero, aunque las ramas andan separadas en dos “bandos” que hoy son uno, están incluso seres queridos que nunca pude abrazar. En el segundo somos menos, pero en esa mitad de papel yo entendía imprescindibles no solo a mis padres y mi hermanita, también a dos de mis tíos; y plasmé malas copias de sus rostros.

La psicóloga cubana Patricia Arés, voz de referencia en el tema, define a la familia como la unión de personas con un proyecto de vida en común; relaciones de reciprocidad, apoyo, amor, solidaridad, y con la función de brindar seguridad y satisfacer las necesidades psicológicas básicas desde la niñez.

Atrás ha quedado el modelo “clásico” de mamá, papá y nené(s), apunta Arés, en coincidencia con numerosos especialistas en el asunto. Y yo vuelvo a mi boceto, y usted buscará a su alrededor ejemplos para “aterrizar” la ciencia en los suyos, o en gente conocida.

La “s” de familias va por el abuelo o la tía a cargo de los pequeños, el papá que los educa sin ayuda alguna, las lesbianas que hallaron el modo de tener descendencia para hacer de madres juntas; por los del mutuo cariño, la mutua protección y el proyecto de solo dos, sean parientes, amigos o pareja; por los que no se casan frente a un notario, o se aman desde la distancia; por quienes ven como propio al menor llegado con el nuevo matrimonio; por los tres, o los cuatro, o los muchos que encuentran cómo quererse y respetarse; por la maestra que vela por los que jamás han sido simplemente sus alumnos; por los vecinos que comparten patio, alimentos, planes; por quien encuentra en una mascota, aliado, compañía… la “s” va por los del modelo patriarcal y por quienes lo transgreden añadiendo ramas —genealógicas o no— al “árbol” de los seres amados.

Esas fórmulas emergentes —explica la investigadora cubana Rosa Campoalegre Septien, del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS)— expresan “mayor democratización de las relaciones familiares, que proyecta otros estilos de comunicación y desdibuja roles tradicionales, especialmente en la maternidad y paternidad, las relaciones de pareja y con los hijos”.

En un estudio nutrido de resultados de más de 30 años de pesquisas del CIPS, la profesora argumenta que la familia se fortalece como subsistema de parentesco “y lo cohabitacional cede. Así lo demuestran las nuevas configuraciones familiares, donde encontramos las llamadas uniones de techo abierto. El vínculo de la relación (...) se mantiene y el espacio tradicional de hogar no”, dijo en diálogo con el periódico Granma.

La legalización del divorcio —en la que Cuba fue pionera en América Latina—, la ampliación de los espacios para las mujeres desde el triunfo de la Revolución, el envejecimiento demográfico, la situación de la vivienda, y la migración, constituyen algunas de las causas para estos cambios, que no son, por sí solos, ni buenos ni malos, según sostienen las expertas citadas. “Hay que desprenderse de la idea de la familia biparental, conyugal, legal como la garante para todas las funciones familiares. Porque esto es un concepto idealizado y retrospectivo que no se ajusta a la realidad hoy día”, aseveró Arés en entrevista a la Agencia Cubana de Noticias.

Lo importante, juzga también Mayda Álvarez Suárez, del Centro de Estudios de la Mujer, es que nada de ello perjudique el cumplimiento de sus obligaciones. A Juventud Rebelde precisó Álvarez que desde una investigación nacional realizada en 1989 por el CIPS, se concluyó que en Cuba muchos núcleos se concentran más en su encargo económico y desplazan el educativo, que debe compartirse con la escuela, mas no adjudicársele totalmente a esta.

Las primerísimas lecciones han de recibirse antes de conocer un salón del círculo o un aula. Compete a los de casa inculcar las reglas, los límites, los principios y los valores. Después habrá otras influencias, pero pesa lo aprendido allí, y ese rol merece defenderse no por tradición, sino porque constituye el más esencial de cuantos corresponden a los adultos del hogar.

Las políticas en torno a las familias son inacabadas —y lo seguirán siendo, por su dialéctica, sus tantas variantes—; pero la “s” en la nueva Constitución de la República; ese capítulo III en el título 5, que se les dedica por entero; los derechos pensados para todas, sin importar cómo ni cuántos la compongan; y el anuncio de un Código, pensado para esta época y para el futuro… dejan ver que a nivel de Estado se ha superado también aquel único esquema de mamá, papá y nené(s).

Me alienta saber que nos empeñamos en dejar crecer sanos y vigorosos todos los “árboles”. Me reconforta que aquí los niños puedan dibujar las “ramas” de sus familias sin el temor al rechazo y al irrespeto. Que todo sea por un álbum de fotos de infancia, de vida, con tonos claros y enfoque preciso. Que todo sea por un niño feliz, un país feliz.

Según datos obtenidos en el último Censo de Población de Viviendas (2012), el 13 % de los infantes en el país estaban a cargo de al menos uno de sus abuelos. Más allá de las cifras, mucho influyen hoy las personas de la tercera edad en el cuidado y educación de los menores, sea como tutores o para apoyar a los padres. Foto: Otilio Rivero Delgado/Adelante/ArchivoSegún datos obtenidos en el último Censo de Población de Viviendas (2012), el 13 % de los infantes en el país estaban a cargo de al menos uno de sus abuelos. Más allá de las cifras, mucho influyen hoy las personas de la tercera edad en el cuidado y educación de los menores, sea como tutores o para apoyar a los padres. Foto: Otilio Rivero Delgado/Adelante/Archivo

 

DE LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA DE CUBA

TÍTULO 5. DERECHOS, DEBERES Y GARANTÍAS. CAPÍTULO III LAS FAMILIAS.

Artículo 81. Toda persona tiene derecho a fundar una familia. El Estado reconoce y protege a las familias, cualquiera sea su forma de organización, como célula fundamental de la sociedad y crea las condiciones para garantizar que se favorezca integralmente la consecución de sus fines.

Se constituyen por vínculos jurídicos o de hecho, de naturaleza afectiva, y se basan en la igualdad de derechos, deberes y oportunidades de sus integrantes.

La protección jurídica de los diversos tipos de familias es regulada por la ley.

Artículo 82. Las madres y los padres u otros parientes consanguíneos o afines que cumplan funciones de guarda y cuidado tienen el deber de dar alimentos a niñas, niños y adolescentes, respetar y garantizar el pleno ejercicio de sus derechos, protegerlos de todos los tipos de violencia y contribuir activamente al desarrollo pleno de su personalidad.

Los hijos, a su vez, están obligados a respetar, atender y proteger a sus madres, padres y otros parientes, conforme con lo establecido en la ley.

Artículo 86. El Estado, la sociedad y las familias brindan especial protección a las niñas, niños y adolescentes y garantizan su desarrollo armónico e integral para lo cual tienen en cuenta su interés superior en las decisiones y actos que les conciernan...

Artículo 88. El Estado, la sociedad y las familias, en lo que a cada uno corresponde, tienen la obligación de proteger, asistir y facilitar las condiciones para satisfacer las necesidades y elevar la calidad de vida de las personas adultas mayores...

Artículo 89. El Estado, la sociedad y las familias tienen la obligación de proteger, promover y asegurar el pleno ejercicio de los derechos de las personas en situación de discapacidad...