CAMAGÜEY.- Un concepto errado hemos arrastrado en Camagüey y en el país acerca de lo que es informatizar una sociedad. No basta con aumentar los accesos de la gente y las instituciones a la red global o nacional, informatizar la sociedad cubana es y tiene que ser más que eso. Requiere tecnología y voluntad gubernamental, esas dos las tenemos, una más que la otra, porque tampoco se pueden ocultar las limitaciones tecnológicas propias de un país subdesarrollado.

Sin embargo, este proceso requiere que los encargados de materializar lo que está en la política no se embriaguen con que sí tenemos tantas zonas Wifi o radiobases de tercera generación. Se trata de buscar en cada uno de los organismos y empresas soluciones informáticas a los procesos que se llevan en la entidad. No se concibe una provincia líder en la informatización en el país con alguna de sus grandes empresas todavía llevando la contabilidad a papel y lápiz, es un absurdo; mucho más si sabemos que contamos con personal capacitado, dígase ingenieros o técnicos de nivel medio en las ciencias informáticas, que en ocasiones está hasta subutilizado o haciendo funciones de secretaría.

Qué bueno que ya se dan pasos firmes para montar sobre procesos digitales las solicitudes que por la vía convencional son un verdadero dolor de cabeza, como pudieran ser los trámites en el Registro Civil o de la Propiedad.  Generalizar esas experiencias sería un buen paso para aligerar esas oficinas que muchas veces no cuentan con las condiciones necesarias para tanta aglomeración y de esta forma se agilizarían mucho más estos procesos que hoy demoran más de la cuenta, sobre todo y aquí sí vale el dato, porque cada día crecen más los accesos a la red y cada día son más los cubanos que usan la Internet para fines que van más allá de una simple llamada por IMO.

De nada vale tener uno de los mejores portales del ciudadano en Cuba, si cuando se hace una queja las entidades demoran días y días en contestar, porque para sus directivos aún no es una prioridad esta vía de comunicación con el pueblo. Se trata, entonces, de que quienes tengan que exigir lo hagan, de lo contrario será una iniciativa más que perderá la credibilidad de los usuarios, que sí están accediendo pues ya tiene cerca de 20 000 visitas.

Respecto a este programa, impulsado directamente por la máxima dirección del Gobierno en el país, para que funcione verdaderamente hay que lograr un acceso parejo a las tecnologías, lo poco que tenemos no se puede quedar entre los más poderosos, se debiera potenciar tecnológicamente a entidades como Comunales, Acueducto, Vivienda, Comercio, Transporte, entre otras que son las que más inquietudes generan. Otras si tienen acceso y tecnología y por tanto pudieran brindar más información por esa vía. El gobierno electrónico  será verdaderamente efectivo cuando cada una de las instituciones  tengan sus principales procesos de cara al ciudadano sobre soportes informáticos.

En ese sentido ha faltado agilidad, interés, distribución equitativa de las tecnologías, exigencia de los principales cuadros y decisores que se creen que por ser meros informadores en las redes sociales ya están cumpliendo su rol, cuando muchos ni siquiera interactúan y sus perfiles parecen troles. Es algo que sucede en todos los niveles.

No se puede pensar en el desarrollo del Comercio Electrónico cuando procesos más simples como responder una simple queja aún parece imposible desde los canales digitales.  Como diríamos en buen cubano, si ya estamos encima del burro hay que darle los palos para que avance, de lo contrario pasará con la política de informatización de la sociedad lo que tantas veces hemos visto, está muy bien diseñada, pero se queda solo en eso, en la política. Máxime si se sabe que el comercio electrónico va más allá de comprar mediante POS y eso también requiere inversiones.

Informatizar la sociedad no es un capricho del Presidente, es una necesidad urgente en un mundo globalizado por las tecnologías; además del ahorro económico que representaría para un país que todavía invierte demasiado en papeles. Se acortan los períodos  y se humanizan los trabajos, en un balance a priori son más ventajas que desvestanjas, y de eso se trata precisamente, de aprovechar al máximo las potencialidades de un país donde la gente sabe dominar las tecnologías y seguro estoy que no se dejará dominar por ellas.