CAMAGÜEY.- La frase célebre: “Tanto va el cántaro a la fuente hasta que al final se rompe” vino como anillo al dedo a lo sucedido al coronel retirado Oswaldo Valentín García Palomo y al teniente coronel en servicio Ovidio Carrasco Mosqueda, quienes conspiraban y formaban parte de los planes para derrocar el Gobierno constitucional de Nicolás Maduro.

El primero, licenciado en el 2014 de la institución armada venezolana, de forma voluntaria, abandonó el país y no pudo resistir la tentación de servir a los enemigos de su patria, aunque cínicamente dijo que prefería hacer justicia por sus manos antes de que una potencia extranjera.

En la medida que transcurría el tiempo fue complicándose y en Colombia, donde permanecía, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos lo reclutó. Cuando vino a darse cuenta estaba comprometido hasta la médula.

García Palomo no previó –y es el error en el que siempre caen los traidores al subestimar a los revolucionarios-- de que los servicios de inteligencia conocían palmo a palmo sus planes y conexiones hasta tal punto de creer que en Venezuela había militares preparados para la inminente insubordinación contra el Estado.

Él pretendía entrar al país para organizar un golpe de Estado militar. El vehículo en el que se desplazó, desde Colombia hacia Venezuela, donde fue detenido, lo facilitó la inteligencia de la nación bolivariana.

El teniente coronel Carrasco Mosqueda, allegado a información sobre actividades presidenciales, al igual que García Palomo ofrecieron numerosos declaraciones y en virtud de la gravedad de las confesiones, la Fiscalía de Venezuela aprobó mostrarlas a los medios de comunicación, tanto del país como de corresponsales extranjeros.

Los contundentes argumentos de los hechos y de los nexos de estas dos personas, más otras asociadas a la oposición desde el exterior, demostraron la complicidad de Estados Unidos y Colombia contra el Gobierno de Maduro.

El Ministro de Comunicaciones de Venezuela, Jorge Rodríguez, mostró ayer jueves las evidencias ante la prensa nacional y corresponsales extranjeros en conferencia desde el Palacio de Miraflores.

El Nuevo Herald -hasta este momento- no ha hecho mención a este proceso conspirativo, revelado hace más de 24 horas, lo silencia, sin embargo, arremete, sin compasión y con falsedades contra el Gobierno constitucional de Nicolás Maduro.