La respuesta a la urgencia del pedido está en correspondencia con la gravedad del momento, al extenderse la enfermedad a una velocidad no esperada y cuyos casos sobrepasan ya la cifra de 4 000, de ellos más del 50 % han muerto, mientras sigue sin aparecer el medicamento que pueda cortar la cadena epidémica que se trasmite a través de fluidos corporales, a pesar de los variados tratamientos terapéuticos aplicados de forma experimental en seres humanos.

El ofrecimiento del ministro de Salud de Cuba, Roberto Morales Ojeda, en conferencia de prensa conjunta en Ginebra, con Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud, de enviar a Sierra Leona, uno de los países más afectados por el ébola, una brigada de 165 colaboradores, de ellos 62 médicos y 115 enfermeros, personal altamente calificado con participación en más de una misión en el exterior y con experiencia profesional de más de 15 años, ratifica la vocación solidaria de la Revolución, ejercida desde los primeros años del triunfo contra la dictadura batistiana en 1959, apoyada por el Gobierno de los Estados Unidos.


En fecha tan temprana como 1960 Cuba ofreció ayuda médica a Chile para atender los afectados por un fuerte terremoto y en 1963 África, específicamente a través de Argelia, recibió la primera colaboración de una brigada médica compuesta por 55 integrantes que permaneció allí por espacio de un año brindando sus servicios.

En la década del '70 del pasado siglo la colaboración, además de a los africanos, se extendió a América Latina, Asia, y al Caribe en 1998 con el inicio del Programa Integral de Salud en el que han participado unos 25 mil trabajadores sanitarios en 32 países.

La materialización de la solidaridad en el campo de la salud se amplió extraordinariamente en estos últimos años, con la formación de profesionales de las ciencias médicas para 121 naciones de Asia , África y América Latina, cuya cifra asciende a 38 940 galenos graduados, de los cuales más de 24 000 pertenecen a la Escuela Latinoamericana de Medicina, inaugurada por el líder cubano Fidel Castro en 1999, al tiempo que mediante profesores nuestros se forman profesionales de la medicina en 10 países.

A este capítulo habría que añadir la puesta en marcha en el 2004, con la colaboración decidida de la Patria venezolana de Hugo Chávez , de la Operación Milagro mediante la cual han mejorado o recuperado la visión unos dos millones 890 000 pacientes de 35 naciones, más de 36 000 de ellos africanos.

Es decir, que la respuesta cubana a la convocatoria de la ONU a luchar en África contra el ébola no es una respuesta emotiva ni circunstancial, sino que está despojada de todo efectismo y responde a un sentimiento, al pago de una deuda con la Humanidad y nuestros ancestros.

Aunque no se trata solo de cifras, en 39 naciones africanas han participado 76 000 colaboradores cubanos y actualmente, en 32 de ellas, de los 4048 que prestan allí sus servicios, 2269 son médicos, profesionales altamente preparados, pero sobre todo, con una sensibilidad humana y espíritu de abnegación y sacrificio, puestos a prueba en las más difíciles condiciones, como en las frías montañas de Pakistán a raíz del terrible terremoto que dejó miles de muertos y mutilados en ese país hace algunos años, al igual que en Haití, o en las selvas del trópico, con sus amenazantes peligros naturales y enfermedades endémicas.

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