CAMAGÜEY.- Se hace imposible hablar de la caña, de centrales y de la Asociación de Técnicos Azucareros de Cuba (ATAC) en Camagüey, sin mencionar a Ifraín Otero Mederos, fallecido recientemente y quien hasta su último suspiro pensó en la recuperación de la agroindustria en el mayor territorio cubano, donde desempeñó diferentes ocupaciones vinculadas al importante sector económico, la última, presidente de la ATAC.

Quizá por ironía del destino o en su honor, Camagüey cumplió la zafra chica, una de sus preocupaciones, pues como el científico Alvaro Reynoso y Valdés, siempre abogó por el fomento de la colonía cañera a partir de diversas variedades resistentes a los cambios climáticos y las enfermedades tropicales de ese cultivo.

Los agroazucareros, con una de las zafras chicas más productivas de las últimas décadas, arrancaron enero con el compromiso de elevar la entrega de caña y las molidas en los seis ingenios azucareros activos en la presente contienda, con el desafío de producir con eficiencia azúcar y sus derivados y generar electricidad al Sistema Electroenergético Nacional (SEN), pese al déficit de algunos recursos tecnológicos.

Hoy, cuando la Asociación de Técnicos Azucareros de Cuba celebra su aniversario 92 y sus integrantes en los cañaverales, los centros de limpieza de la caña, en las fábricas de azúcar y refinerías de la provincia, en cada meta productiva necesaria de la economía azucarera, está, junto al protagonismo científico-técnico y el sudor del surco, la vigencia de Ifraín Otero Mederos.