CAMAGÜEY.- Esta provincia no esperó que el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la sesión de clausura de la última jornada de la Asamblea Nacional del Poder Popular reiterara la necesidad de solucionar la cadena de impagos entre entidades estatales, no frenada aún en seco, pero sí con ciertos avances.

Desde septiembre, y mediante un trabajo sostenido, de gardeo a presión con representantes de las entidades con cuentas pendientes por cobrar y pagar, análisis encabezado por la vicepresidencia económica de la Asamblea Provincial del Poder Popular y las direcciones funcionales de los organismos globales de la economía, el problema tomó un giro distinto.

Los números negativos comenzaron a descender y al cierre del 2018 el panorama es otro, lo que demuestra que faltaba la mirada aguda y la exigencia de un asunto arrastrado durante años y con un marcado daño a la economía nacional.

Y digo que hace tiempo, porque una colega, Sheila Delgado Guerra, trató en el periódico Granma el 13 de diciembre del 2011, de manera particular, la cadena de impagos que se originaba con el sector campesino, felizmente resuelta.

Con toda la razón del mundo, decía, que la menor violación contractual hace que se acumulen progresivamente las liquidaciones fuera de término, fenómeno que se hace acompañar no solo de afectaciones al proceso productivo, sino que se presta, además, para nocivas conductas de corrupción.

Los perjuicios van más allá, viola el Lineamiento 10 del capítulo I del Modelo de Gestión Económica, en torno a la exigencia en la calidad del proceso de negociación, elaboración, firma, ejecución y control de los contratos, instrumento esencial para que todo marche a la perfección.

Hasta el noveno mes del actual año, Camagüey en cuentas por pagar en CUP oscilaba en unos 73 millones de pesos, concentradas principalmente en las empresas minorista mixta y la gastronómica de Camagüey, Comercio Sierra de Cubitas, Jimaguayú y de Florida. La provincia llegó a estar en un monto de cerca de 200 millones de pesos.

De allí parte la cadena de impagos de la provincia que se mueve en dos direcciones, hacia arriba y hacia abajo. Por ejemplo, la insuficiente liquidez del dinero de los municipios, generada por el comprometimiento que existe, de que no todo lo recaudado llega al destino final y los ingresos cedidos disminuyen.

Ese capital es destinado para pagar las deudas a los suministradores de las diferentes unidades presupuestadas del municipio, mientras la cadena de impagos —hacia arriba— de las entidades de comercio está en los proveedores de la EMPA, avícola y cárnico, y por consiguiente afecta el pago a las exportadoras.

Muchas personas se preguntan: ¿Cómo es posible que las empresas de Comercio no tengan dinero para pagar, si los consumidores abonan en efectivo las mercancías que adquieren en sus establecimientos?

Detrás del lento proceso de depósito del dinero en el banco o de la “funcional” centrífuga, de entregar solo una parte y la otra para el rejuego y la “traquimaña” en asuntos personales, se derivan los llamados impagos, franca violación de las normas económicas, y de hecho un delito derivado en corrupción.

La cadena de impagos que hoy se genera tiene diversas causas, la primera, desde la poca exigencia de los directivos de comprar solo lo que pueden pagar e incrementa inventarios que no generan ingresos al caer en productos ociosos o de lento movimiento.

En opinión de Diego Cervantes Ronquillo, subdirector de la Dirección Provincial de Finanzas y Precios inciden, además, la falta de sistematicidad y efectividad en los procesos de conciliación, la eficiente gestión de cobro y pago aplicado a las entidades, más el déficit de personal económico en las unidades.

Los ingresos cedidos que son el sustento de los presupuestos municipales parten de los aportes de las empresas de Comercio y Gastronomía, del sector campesino, en menor medida las ventas de flores de Comunales y el cobro de agua, pero los fundamentales salen de las primeras.

Hasta ahora la provincia atendía a los deudores, pertenecientes a empresas de la subordinación local; sin embargo, por nuevas decisiones podrá influir en las de otras escalas.

En opinión del Doctor en Ciencias Económicas, Antonio Sánchez Batista, académico de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, el problema de la cadena de impagos tiene su génesis en varias causas:

—Indisciplina, abulia, falsos compromisos, desconocimiento de los mecanismos, pagarés y de letras de cambio... Las soluciones están formuladas, cumplir firmemente con la legislación, donde la Ley no distingue, nadie puede distinguir, sostuvo.

Diversas medidas se han puesto en práctica para que la cadena de impagos no quede suelta y pueda cumplirse el llamado de Díaz-Canel. Cito: “Asimismo, detener y solucionar la cadena de impagos”. En materia económica, añadió, además, la necesidad de: “Conocer y manejar todas las posibilidades de financiamiento, usar más eficientemente los créditos y ser responsables con sus pagos”.

Lo definido en su discurso es clave: “La gestión gubernamental se debe orientar con mayor ímpetu a la exigencia de la calidad de los servicios y evitar que sus insuficiencias provoquen molestias e irritación a la población. Jamás olvidar que como servidores públicos, nuestro mayor objetivo es el bienestar del pueblo”, recalcó el presidente.