LA HABANA.- El presidente estadounidense, Donald Trump, enfrentará un escenario escabroso en la Cumbre del G-20 en Argentina, matizado por el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi y las relaciones con China.

Cuando parta este jueves hacia la capital de la nación suramericana en la agenda del presidente destaca el interés en abordar los resultados económicos de su administración y sostendrá encuentros con socios y naciones emergentes para tratar de lograr avances en sus escasos resultados en política exterior.

Sin embargo, opiniones recientes sostienen que el cónclave deparará muchas sorpresas y pocas ganancias para su eslogan "América primero" (America First).

Buenos Aires será sede el viernes 30 noviembre y el sábado 1 de diciembre del convite entre los presidentes de las mayores economías y otras no menos importantes pero que llevan consigo enormes problemas, como Arabia Saudita y el propio país sede.

El ambiente no es nada propicio para alcanzar arreglos en un mundo donde la economía y las desigualdades llevan a la humanidad hacia el despeñadero con mucho desempleo y aumento de la pobreza.

Según el economista e investigador peruano Oscar Ugarteche, "se mantiene una guerra comercial entre Estados Unidos y China y entre Estados Unidos y la Unión Europea y la postura frente a la OTAN es de hostilidad, habiéndose abierto la posibilidad de que Alemania y Francia organicen una fuerza militar fuera de la OTAN".

El asesinato del periodista saudita Khashoggi, colaborador del diario The Washington Post, en el consulado de Riad en Estambul, Turquía, es un punto divisivo dada la ambigua posición del mandatario estadounidense quien, ante la condena mundial y las posiciones del Congreso norteamericano, se niega a disgustar a uno de sus principales socios mundiales.

Plantea Ugarteche que "el mundo resumido en el G20 no protegerá a un estado asesino. Tampoco podrá evitar los problemas económicos de las economías altamente endeudadas frente al alza de la tasa de interés y la caída del comercio internacional".

De los asistentes al foro, por ejemplo, datos del Fondo Monetario Internacional indican que la mayoría sobrepasan el umbral de peligro (60 por ciento) de los parámetros que miden la deuda pública. Australia 64, Brasil 73, Italia 157, Canadá 115, Japón 237, Francia 121, Alemania 79, Reino Unido 109 y Estados Unidos 137 por ciento.

Sin embargo la Casa Blanca indicó que durante su presencia en el encuentro que tendrá lugar viernes y sábado Trump también promoverá un comercio "libre, justo y recíproco", un argumento en el cual se basa el dignatario para defender su imposición de aranceles a socios importantes.

Allí viajará Trump, cuya incoherencia en política interna y externa, ya demasiada, está empeorando, según afirmó recientemente la analista Jenifer Rubin, en un artículo de opinión publicado en el diario The Washington Post.

Plantea Rubin que la capacidad del mandatario estadounidense para mantener incluso la pretensión de normalidad y racionalidad comienza a desmoronarse. Eso es cierto tanto en la política exterior como en la interna, dando la impresión de que es un presidente que se tambalea al borde de una crisis total, subraya.

El caso del saudita Khashoggi será un pesado fardo para el gobernante en su desandar por la capital argentina donde estará políticamente aislado y enfrentará "un frente unido de nuestros aliados internacionales", precisa Rubin en sus críticas.

En este escenario está China, una potencia emergente que le disputa a Washington la hegemonía del sistema mundial con una envidiable capacidad productiva, de relaciones comerciales y financieras con el mundo, plasmadas en las alianzas que despliega.

Frente a esto, decenas de organizaciones y movimientos sociales manifiestan en Argentina durante "la semana de acción global Fuera G20 y FMI" que "es el momento para demostrar que sí hay alternativas a esas políticas de hambre y pobreza y que quienes la construimos somos nosotros desde los movimientos y organizaciones sociales".

Previsiblemente, es posible que Trump vaya por lana y salga trasquilado.