CAMAGÜEY.- Todavía hay quienes se preguntan cómo un personaje llamado Jair  Mesías Bolsonaro llegó a la presidencia de Brasil, interrogante a la cual los especialistas han tratado de dar respuestas valorativas que no siempre son coincidentes, pero por lo general apuntan que polarizó el clima de descontento por la crisis económica, el agotamiento de la política tradicional y la enorme red de corrupción que azota al país. 

No obstante, la de Frei Betto, que aborda el tema, me parece  concisa y contundente pues recuerda que en 1933 Adolfo Hitler llegó al poder en la Alemania de entonces a través del voto democrático  y sin embargo, digo yo, fundó la doctrina del nazismo que desató la Segunda Guerra Mundial que costó a la Humanidad decenas  de millones de muertos, heridos y mutilados y una destrucción material de incalculables proporciones.

Desde luego que no pretende la mención del antecedente que ahora con Bolsonaro ocurra algo similar, pero si nos atenemos a los avances del programa de este excapitán del ejército, a Brasil y por el peso que tiene en la región el gigante sudamericano, a América Latina y el Caribe, por no ir más allá, les esperan por lo menos durante cuatro años tiempos tormentosos.

Confeso admirador de Donald Trump y de la política económica que implantó en Chile el dictador Pinochet, este “Mesías” las “nuevas” que trae no vislumbran ningún presente o futuro halagador para los brasileños, sino que entrañan la muerte de los restos de democracia que quedaban en este país y la desaparición de los modestos progresos alcanzados por los dos períodos de mandato del Partido de los Trabajadores y que lograron sobrevivir al neoliberalismo brutal de su antecesor golpista Michael Temer.

Dice Bolsonaro que va a “luchar contra la corrupción y la inseguridad y que tomará medidas de ajustes para sanear los gastos públicos” dentro de los cuales se encuentra la reducción de los ministerios de 25 a 19, que indudablemente aumentará las filas de los desempleados que ya suman unos 27 millones y dentro de los  cuales, según los avances, se encuentran Salud, Trabajo, Ciencias y otros.

Asentado en esta cuerda y con un ministro de  Planificación y Economía como Paulo Guedes, titulado en universidad estadounidense y experimentado en la materia durante la dictadura pinochetista, sobrevendrán reformas de pensiones, política de privatizaciones, recortes sociales y con Sergio Moro en Justicia, el juez que encarceló a Lula para eliminarlo como aspirante a la presidencia del país, es segura la criminalización de los movimientos populares y la persecución  de los opositores con cualquier pretexto judicial.      

En cuanto a la política exterior, la arremetida contra Venezuela no se hizo esperar, al punto de llamar a Brasilia al embajador en Caracas y desactivar la sede diplomática aquí, lo cual avanza una hostilidad permanente coincidente con Washington contra la revolución bolivariana.

En relación con Cuba, no solo puso en dudas la continuidad de las relaciones diplomáticas, sino que en forma directa, despectiva y amenazante se refirió a los 11 000 médicos cubanos que se encuentran en el país trabajando en las regiones más pobres de esa nación, a partir del programa Más Médicos acordado en el 2013 con el Gobierno de Dilma Rousseff, presidenta de Brasil en ese momento y con la participación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Ante las declaraciones del nuevo Presidente de que modificará términos y condiciones del Programa en total irrespeto a la OPS y al acuerdo suscrito con nuestro país, al pretender poner en duda la profesionalidad de nuestros médicos al exigirle la revalidación de sus títulos y como única vía para permanecer aquí la contratación individual, y considerar Cuba inaceptables tales decisiones que cuestionan la calificación, la dignidad y altruismo de nuestros médicos, el Ministerio de Salud Pública de la Isla se ha visto en la lamentable realidad de no continuar participando en dicho programa y así lo ha comunicado a las partes interesadas.

Para parecerse más a Trump, Bolsonaro anunció que trasladará la embajada brasileña de Tel Aviv para Jerusalén alegando que los palestinos deben ser primero una nación para merecer una embajada, al tiempo que preconiza la salida del país de algunos órganos de las Naciones Unidas, como la UNESCO, el Consejo de Derechos Humanos y la intención de retirarse del Acuerdo de París sobre el cambio climático.

Desde luego que estas no son todas las credenciales de Bolsonaro porque decisiones similares o peores pueden esperarse de este personaje xenófobo y racista cuando asuma la presidencia el 1ro. de enero del 2019, que en un acto discrimininatorio no ha incluido en su Gabinete ni negros ni mujeres, que pretende amordazar la prensa, que es partidario de la violencia al declararse acorde con el porte de armas individualmente y fanático de la dictadura militar que asoló al gigante sudamericano durante 21 años (1964-1985).