CAMAGÜEY.- La responsabilidad de las direcciones de las entidades generadoras de contaminación sonora en la solución de los problemas que originan, es uno de los principales objetivos de la estrategia de trabajo seguida en esta provincia para prevenir y mitigar ese fenómeno.

En los últimos meses se han aplicado medidas para solucionar conflictos entre la población y centros estatales, fundamentalmente recreativos, que emitían ruido por encima de los decibeles permitidos y causaban molestias en su entorno.

Liosha Arias Artiles, jefe del Departamento de Supervisión y Control Ambiental de la delegación territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), las entidades estatales tienen una alta responsabilidad social hacia ese fenómeno.

En una reciente reunión del Grupo Provincial de Enfrentamiento al ruido y música estridente, el funcionario mencionó las acciones emprendidas en tres centros de recreo y áreas públicas delimitada para los festejos del último verano.

Mediante inspecciones sanitarias se determinó el nivel de ruido permisible para esos enclaves y se dictaron las medidas técnicas específicas para la regulación apropiada de los equipos de audio, además de prohibir servicios incompatibles con las características de los lugares, como un karaoke en un centro al aire libre.

Aunque oportunas para resolver fenómenos puntuales, tales medidas resultan insuficientes si se tiene en cuenta que desde la propia concepción de varios espacios y en el diseño de los servicios brindados, se violan disposiciones que están bien establecidas por la Ley 81 del Medio Ambiente, el Decreto Ley 200/99, y la Norma Cubana (NC) 26:2012 sobre Ruidos en zonas habitables y los requisitos higiénico-sanitarios.

El Artículo 152 de la Ley 81 legitima que existen normas relativas a los niveles permisibles de sonido y ruido, en tanto la NC 26:2012 define cuáles son los límites máximos permisible en enclaves residenciales y por categorías como tránsito, actividades comerciales, ruido suburbano e instalaciones mecánicas e industriales.

Arias Atriles añadió que aunque en esta oportunidad se enfatizó en las entidades estatales por la responsabilidad que detentan ante la sociedad, ello no exime a las personas naturales de cumplir con lo reglamentado en materia ambiental sobre los ruidos, considerando a las transgresiones en ese sector como indisciplinas sociales.

Además del CITMA, en el Grupo Provincial de Enfrentamiento al ruido y música estridente participan como miembros permanentes otros organismos como los ministerios del Interior, Salud Pública, Turismo, Comercio, Cultura, Trabajo y Seguridad Social y Transporte, además de las organizaciones de masas y los medios de comunicación como invitados.