CAMAGÜEY.- Por estos días se pone de moda un concepto que, como otros tantos, ha sido secuestrado por la socialdemocracia, y peor aún, por las élites capitalistas e imperialistas. Hablar de libertad de prensa este 3 de mayo ya se ha vuelto más de lo mismo, es simplemente retórica. Esa libertad nos llega muy unida a otras dos, la de expresión y la de opinión, que mucho defienden los dueños del dinero; sin embargo, se vuelven nada más que falacias.

Según el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

Curiosamente la Unesco, agencia que encabeza la conmemoración de ese día, ha elegido para este año el lema “Los frenos y contrapesos al poder: medios de comunicación, justicia y estado de derecho”. Según la propia ONU, pone de relieve el papel de la prensa en el desarrollo sostenible, como guardián de la transparencia y el estado de derecho. También pretende cubrir otros temas como los vacíos legales en cuanto a la libertad de expresión en la red y los riesgos de regular el discurso en línea.

Mientras, organizaciones al servicio de las élites, vestidas de jueces imparciales, juzgan, ordenan, valoran y finalmente publican el escalafón mundial, si de libertad de prensa hablamos. Noruega, Suecia, Países Bajos, Finlandia, Suiza y Jamaica son los primeros lugares, o lo que es lo mismo, son los países más “libres” para ejercer el periodismo. Casualmente, menos Finlandia y Jamaica, todos son de lo que pudiéramos llamar las vitrinas del capitalismo y el estado de bienestar promovido por la socialdemocracia europea.

Pero más interesantes resultan los diez últimos lugares de una lista que tiene 180 naciones, Laos, Guinea Ecuatorial, Cuba, Yibuti, Sudán, Vietnam, China, Siria, Turkmenistán, Eritrea y Corea del Norte. Me resulta demasiada casualidad que 5 de estos 10 países sean los que presenten una alternativa diferente al capitalismo global, gobiernos incómodos que plantan cara a quienes se creen los dueños del mundo.

Pero el colmo de la barbaridad es que México ocupe el lugar 147 de la amañada lista, un país donde se registraron 12 homicidios contra periodistas el año pasado de los 81 colegas que fueron asesinados durante el 2017 en América Latina. México también deja este año un total de 27 desapariciones forzadas de comunicadores por su labor de investigación en temas de corrupción y crimen organizado.

En Austria, país que ocupa el lugar 11 y está dentro de la llamada línea blanca, o sea de los que más respeta la libertad de prensa, hace poco nuestro embajador, Juan Antonio Fernández, envió una carta a un medio de prensa respondiendo un artículo sobre las elecciones en Cuba y los sucesos del 19 de abril de este año; la misiva salió publicada ayer con cuatro párrafos censurados. Una vez más se demuestra que, hasta en Austria, el que paga, manda.

Libertad de prensa implica mucho más que publicar o no lo que quiera el periodista, es la seguridad de poder decir lo que queremos sin miedo a los secuestros y a la muerte. Olvida Reporteros sin Fronteras que aquí en la Isla, supuestamente en el lugar 172, de 180 naciones, el próximo 13 de mayo hará 60 años que no se asesina a ningún periodista: el último fue el joven ecuatoriano Carlos Bastidas, a quien subir a la Sierra y entrevistarse con Fidel le costó la vida.

La pasión no me ciega, sé que tenemos la misión de seguir mejorando nuestra prensa, desde adentro, acercar cada día más las agendas públicas y mediáticas, hacerles entender a los funcionarios que se creen dueños de la información, que esta es un derecho de todos, y por tanto no es propiedad de nadie, seguir construyendo un modelo de prensa que acompañe la edificación del socialismo en Cuba.

En lugar de continuar manipulando listas con fines políticos, el Mundo, Reporteros sin Fronteras y la tristemente célebre Comisión Interamericana de Prensa, deberían unirse para que no se repitan las historias de Marco Álvarez, María Efigenia Vásquez, Samuel Jonathan Rivas, Vilma Gabriela Barrios, Carlos Oveniel Lara, Juan Luis Lagunas, Julio César Moisés, Arnaldo Enrique Albornoz y otros tantos colegas, jóvenes en su mayoría, a los que ejercer el oficios más hermoso del mundo les ha costado la vida.

Poco interesa el lugar 172 que ocupamos según la mencionada “ONG”, mientras nuestra prensa siga siendo revolucionaria y apegada a la verdad. No habrá mejores lugares en el escalafón mundial. Año tras año seguiremos contando las crónicas de los cubanos para los cubanos, y ellos seguirán la triste y cada vez más aburrida historia de un concepto secuestrado.