CAMAGÜEY.- No hay campo del saber en que José Martí no incursionara en el plano de las ideas en su prolífera, pero corta vida, tronchada en Dos Ríos.

De Martí poeta, escritor, ensayista y político mucho se ha escrito; sin embargo, de sus ideas esenciales sobre economía tenemos mucho que aprender.

En uno de los textos consultados: Economía de Cuba, un análisis desde la economía del pensamiento antiimperialista de José Martí, el investigador Carlos César Torres Páez, Doctor en Ciencias de esa especialidad en Pinar del Río, aborda el alcance del Héroe Nacional.

El estudioso comenta que en la reflexión económica de José Martí era importante el hecho de que “...no habría independencia verdadera sin progreso económico”.

En esencia: “...el proyecto de progreso económico que finalmente propone nuestro héroe para Latinoamérica, además de estar en oposición a los designios del imperialismo y ser un arma contra él, tenía un carácter intrínsecamente distinto al del desarrollo norteamericano y europeo: aquí no debían repetirse esos errores: la abundancia debía estar equitativamente distribuida y la libertad debía ser real, no meramente jurídica”.

Queda claro en el texto que toda la meditación de José Martí —especialmente su georgismo— está detrás de esa proyección, reflexiona el autor en su sustancioso cotejo de las ideas del patriota.

No fue por simple capricho esa postura, obedeció a que Henry George provocó un gran movimiento reformador entre las masas trabajadoras en Estados Unidos y a que uno de los problemas más graves que padecía América Latina era la explotación monopolista de la tierra; estaba convencido de que la tierra era fuente original de toda riqueza y por tanto estaba contra el latifundio.

Martí asoció su pensamiento independentista con la economía.Martí asoció su pensamiento independentista con la economía.

Este material periodístico que elaboro, en ocasión del aniversario 165 del natalicio de Martí, a cumplirse el 28 de enero, es una incitación a que reflexionemos en el pensamiento económico suyo, nuevo en profundidad para muchos de nosotros.

El antiimperialismo en la valoración económica de José Martí puede verse en cuatro momentos: el primero en los años 1882-1885 con sus dos vertientes principales: la crítica de las proyecciones internacionales del imperialismo y de la tiranía de los monopolios dentro de Estados Unidos, en ese orden.

El segundo, en 1888: la denuncia de la subida al poder de la oligarquía financiera; el tercero en el período 1889-1891; si en la anterior se distingue la denuncia de la vertiente interna del imperialismo, en este reina el enfoque internacional.

De manera especial el último, 1892-1894 tiene la particularidad de modelar el proyecto de estructura económica para la nueva república, de manera que en los años de líder del Partido Revolucionario Cubano, acrecentó las ideas del momento anterior, mientras propone el desarrollo cubano como instrumento de lucha contra el imperialismo y por el equilibrio económico y político mundial.

La asistencia de Martí como delegado de Uruguay a la Conferencia Monetaria es otro capítulo que desentraña el alcance de su pensamiento; como se ha dicho, está muy adelantado a la época.

“La moneda del comercio ha de ser aceptable a los países que comercian. Todo cambio en la moneda ha de hacerse, por lo menos, en acuerdo con los países que se comercia más”.

Fidel Castro Ruz, el mejor discípulo de Martí, hizo una amplia referencia a la estatura de este hombre durante la entrevista con Ignacio Ramonet, y cito:

“Conocía de todo, de economía, incluso, con admirable profundidad. Hay escritos suyos, artículos proféticos, cuando Estados Unidos, por primera vez, propuso una especie de ALCA, una comunidad económica con América Latina.

“Es que Martí luchó contra una especie de ALCA equivalente para aquella época y explicó con sabiduría infinita por qué no les convenía a los países de América Latina esa comunidad económica, por qué no convenía esa alianza, esa asociación con un país que era mucho más desarrollado”.

A la pregunta de Ramonet de si Martí rechaza de antemano una zona económica libre de cambio, Fidel respondió:

“Martí hace artículos formidables que se podrían reeditar ahora para combatir el plan yanqui de anexión, para que usted vea las profundas raíces de las ideas actuales. Ya con esto le digo cuán universal era su pensamiento”.

Con esa capacidad de indagar de Ramonet, se interesa por si Fidel se inscribía en la prolongación del pensamiento de Martí.

“Mi primer pensamiento político fue el de Martí; pero ya cuando el ataque al Moncada, en 1953, había leído lo suficiente sobre el socialismo, tenía un pensamiento martiano desarrollado y además ideas socialistas radicales, un pensamiento que he sostenido firmemente a lo largo de mi vida. Le he explicado el papel de Martí y por qué nos convertimos nosotros en martianos”.

Cierro con valoraciones hechas por el propio José Martí en 1891 en la revista Nuestra América. “Los economistas estudian las dificultades en sus orígenes. El manejo de los fondos impone el deber de hacer de ellos aplicación útil, visible y clarísima”.