El poblado costero de Boca de Samá, en el municipio holguinero de Banes, dormía tranquilo aquella noche del 12 de octubre de 1971, cuando fue atacado por un grupo de terroristas que tripulaban dos lanchas piratas procedentes de La Florida.

Las descargas de ametralladoras impactaron al caserío cuando los vecinos dormían tranquilos, dejando el lamentable saldo de dos muertos y cuatro heridos a causa de las acciones terroristas de la mafia contrarrevolucionaria de Miami y la Agencia Central de Inteligencia.

Los genocidas bajaron de sus embarcaciones, penetraron en la tienda del lugar y dispararon a mansalva contra los combatientes del Ministerio del Interior (MININT) que cubrían el recorrido habitual de vigilancia por la zona.

Las ráfagas de los asesinos pagados por la CIA se extendieron en cuestiones de segundos por todo el caserío, ubicado en la cercanía de la playa Guardavaca, en la actual provincia de Holguín.

Serían cerca de las 10 y 30 de la noche, cuando los mercenarios arribaron silenciosamente por la estrecha ensenada del lugar, creando el pánico entre los vecinos por las continúas y mortíferas rafágadas lanzadas por integrantes de la organización terrorista Alpha 66, procedente de Estados Unidos.

 Como consecuencias de aquel criminal ataque perdieron la vida los combatientes del MININT Lidio Rivaflecha y Ramón Siam Portelles, quienes cubrían esa noche las rondas del punto de Guardafrontera de Boca de Samá.

Las mortíferas descargas provocaron también heridas graves al jefe de esa unidad Carlos Escalante, a las hermanas Nancy y Ángela Pavón Pavón de 15 y 13 años de edad, respectivamente; así como al obrero agrícola Jesús Igarza Osorio.

A Nancy, las balas enemigas le impidieron estrenar los zapatos por sus 15 años recién cumplidos, pues las descargas le destrozaron el pie derecho e igual tuvo fuertes impactos en el izquierdo; mientras que Escalante, el otro herido de mayor gravedad, recibió ocho impactos de balas en sus miembros inferiores.

 Boca de Samá sigue siendo aquel poblado de humildes pobladores y de patriotas que defienden desde sus posiciones los valores de la Revolución, que en todo momento los continuará protegiendo como parte de los programas de bienestar de la sociedad cubana.

A 45 años de las acciones terroristas de la CIA , cada uno de sus habitantes de esta comunidad costera se mantiene vigilante ante quienes intenten volver con sus cargas asesinas a implantar el miedo y el odio al pueblo cubano.

Con esa convicción, Boca de Samá se levanta y desde sus humildes hogares, sentencia y condena por siempre los actos terroristas en cualquier parte del planeta donde se origen.