Y digo feliz coincidencia, porque será precisamente el PSUV el que dará continuidad a su legado a través de la actual y las futuras generaciones, será esa organización la encargada de liderar y llevar a vías de hecho los sueños que amasó durante su corta y fructífera existencia, la que sostendrá en alto las ideas integracionistas, humanistas, profundamente solidarias, de soberanía e independencia que abrazó desde sus días de cadete y que enarboló para luchar contra la voracidad imperialista en defensa de su Venezuela y de todas las naciones latinoamericanas y caribeñas.

El Partido será la encarnación de Chávez y sus 7 millones de militantes los representantes de todas las aspiraciones sociales, económicas y políticas de la inmensa mayoría de los venezolanos, que tendrán que ver en el PSUV la fuerza dirigente del Programa de la Patria en las condiciones de lucha que le impone el imperialismo, en sus frustrados objetivos de destruir la Revolución bolivariana.

Quiso el destino arrancarlo físicamente en época tan temprana de su vida y negarle la satisfacción de ver consolidada una de sus más caras ideas, pero a sus continuadores, a Nicolás Maduro, elegido como presidente de la organización partidista y a todos los que conforman su dirección nacional les corresponderá la responsabilidad y el orgullo de hacer realidad el fortalecimiento unitario de un partido vinculado siempre con las masas y que encarne como nadie, sus aspiraciones más inmediatas y futuras.

Hubiéramos querido verlo en el Poliedro de Caracas, durante la sesión especial del Congreso, junto a los 357 delegados, con su carisma comunicativo y su verbo encendido y apasionado, al lado de los mandatarios y amigos que concurrieron a celebrar su cumpleaños, pero aunque no apareció su figura, su pensamiento estuvo en cada palabra, en cada consigna, en cada llamamiento a la unidad de todos los revolucionarios del continente y del mundo, como único camino para vencer la estrategia hegemónica del imperialismo norteamericano y las oligarquías nacionales, que trabajan abiertamente para revertir esta ola emancipadora y libertaria que hoy recorre la América Latina y el Caribe.

La euforia que vivió su Patria en estos días de festejos, la hubiera disfrutado como nadie, sobre todo, cuando el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) acuerda la creación de un banco regional para el desarrollo y confirma su voluntad integracionista con el ALBA y el CARICOM, en vías de conformar un bloque económico capaz e hacer frente a los ataques del sistema financiero de la postguerra y a la rapiña de los fondos buitres.

Estaría feliz Chávez de ver como su pueblo venció la embestida incendiaria de los enemigos de dentro y de fuera, que creyeron que su ausencia física sería el momento oportuno para derrocar el gobierno bolivariano y cómo enfrenta la guerra económica a fuerza de escaseces provocadas por el empresariado contrarrevolucionario, que hace de ello una de sus principales armas contra el proceso bolivariano.

Los cubanos, felices de ver cuánto lo aman los pueblos y cómo sus ideas tienen hoy más fuerza y vigencia que nunca y es por ello, por ese amor que le tenemos, que liderada por nuestra juventud, la jornada "Si tengo un hermano" convocada para homenajearlo en sus 60, se extenderá hasta el 13 de agosto, cumpleaños 87 de su hermano Fidel, para unirlos una vez más en la memoria martiana y bolivariana y en la historia de las grandes amistades de todos los tiempos.

{flike} {plusone} {ttweet}