CAMAGÜEY.- Mike Pence, vicepresidente de los Estados Unidos, pidió al Gobierno chileno el respaldo para intervenir en Venezuela, atenido a las históricas y vigentes intervenciones desestabilizadoras de la Agencia Central de inteligencia (CIA) de su país en los gobiernos democráticos y progresistas de América Latina y el Caribe, como las que provocaron el sangriento golpe militar fascista contra el presidente constitucional Salvador Allende, y en el mismo escenario del Palacio de la Moneda bombardeado brutalmente por Pinochet.

Pese a los elogios políticos desmedidos de Mike Pence a su llegada y las conocidas presiones imperiales tras bambalinas, la mandataria Michelle Bachelet expresó: “Chile no apoyará ni golpes de Estado ni intervenciones militares contra Venezuela”.

El pueblo chileno espontáneamente lo declaró persona non grata y muchos en las calles gritaron como en los buenos tiempos: ¡Pence, go home!, porque, además, convocó desde allí a sus aliados de Perú y Brasil para que rompan todo vínculo con Corea del Norte, donde los Estados Unidos persiste en crear un nuevo foco bélico, a contracorriente de las gestiones de China y el propio Gobierno de Corea del Sur para evitar, mediante el diálogo, una nueva guerra en la península coreana de incalculables consecuencias mundiales.

Y qué puede esperarse de la mano derecha del presidente Donald John Trump, si el propio jefe del imperio más militarista del planeta tierra, no solo asumió y echó más petróleo a las heredadas guerras y conflictos de Afganistán, Iraq, Siria… Libia e Irán, sino que quiere su propia contienda made in Trump, dondequiera que no se piense en USA o surja la verdadera democracia popular contra la que el “triunfó” en sui géneris elecciones USA.

Baste conocer que según las estadísticas del Instituto de Estudios sobre la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI), según sus siglas en inglés, el gasto militar mundial ascendió en el 2016 a un billón 686 mil millones de dólares y solo Estados Unidos superó los 611 000 millones, casi tres veces el presupuesto militar de China.

Sin embargo, para el venidero año, Trump pretende superar en 9,27 % el financiamiento armamentístico, ¿con qué objetivo?, asegurar con la anuencia de sus aliados y la OTAN el predominio universal y sus recursos, con amenazas imperiales, sanciones y chantajes económicos de todo tipo o a golpes de misiles de cualquier alcance… por eso Siria, Irán, Corea del Norte, Venezuela… tienen que ser doblegados. Solo que el mundo es hoy unipolar en términos políticos, pero en más de 6 000 millones de mentes todos no piensan igual que Míster Donald John.