CAMAGÜEY.- No hay nada más cierto en la vida que un día tras otro, y cuán equivocado están los que piensan en lo estático como una cualidad permanente e inamovible.

Raúl acaba de demostrar una vez más, desde el filo de la dialéctica, la posibilidad infinita de los hombres y las mujeres de rectificar errores, apelando a argumentos convincentes y con una visión autocrítica de los fenómenos.

Tuvo el valor —como siempre lo hizo Fidel— de pararse delante del Parlamento o en cualquier escenario y decir las cosas por su nombre, de llamar al pan, pan, y al vino, vino. Y es una práctica que asegura el estilo de transparencia entre lo que se dice y lo que se hace, con la ruptura del viejo proverbio: has lo que yo digo, no lo que yo hago.

Pocos políticos en el mundo admiten errores, al menos públicamente. El ex presidente de Uruguay, José Mujica, reconoció que se equivocó en proponer a su ex titular de Relaciones Exteriores, Luis Almagro, para el cargo de secretario general de la OEA, quien desempeña un bochornoso y servil papel al servicio de Estados Unidos contra la Revolución Bolivariana y del mandatario constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro.

El discurso de Raúl el 14 de julio en la clausura del IX Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, fue a los problemas medulares del país, debatidos por los diputados, pero, sin dudas, lo que atrapó la mayor atención de los que escucharon sus palabras o las leyeron después, fue la crudeza con que habló de violaciones relacionadas con el trabajo por cuenta propia, lejos de la política aprobada por el país.

No fue una sorpresa para la población, pero sí una ratificación de que la máxima dirección del país recepciona y procesa cuanta información llega a su poder sobre desviaciones, como la utilización de materias primas y equipos de procedencia ilícita, subdeclaración de ingresos para evadir obligaciones tributarias e insuficiencias en el control estatal a todos los niveles.

El otro día escuchaba decir a dos personas, en plena calle: “al cubano le gusta ‘inventar’”, pero no en el sentido estricto de la acepción gramatical. Por el contrario, en la búsqueda de resquicio para transgredir las leyes.

Un ejemplo expuesto por Raúl está suficientemente claro, trasciende el marco administrativo para convertirse en un hecho delictivo. ¿Qué ha fallado que una misma persona tenga dos, tres, cuatro y hasta cinco restaurantes?

Todas las autoridades y funcionarios vinculados con el ejercicio del trabajo por cuenta propia no pueden dejar de advertir a los contribuyentes o personas naturales que cualquier engaño en materia de aporte al fisco lleva una carga de medidas que no excluye solo retirarles la licencia.

He escuchado —no lo he podido confirmar— que determinadas personas habilidosas acogidas al beneficio fiscal en el registro de contribuyente de la ONAT, que exonera el pago de impuestos durante los tres primeros meses posteriores de la inscripción, solicitan la baja al vencerse ese tiempo, pero otros familiares asumen una nueva inscripción en la misma dirección y con igual patente. ¿El móvil? Eludir los impuestos. Engañoso proceder, ¿verdad?

La línea está trazada. Raúl lo definió en su discurso: “No olvidemos que el ritmo y la profundidad de los cambios que debemos de introducir en nuestro modelo deben estar condicionados por la capacidad que tengamos de hacer las cosas bien y rectificar oportunamente ante cualquier desviación.

“Ello solo será posible si se garantiza una adecuada preparación previa —que no hacemos—, la capacitación y dominio de las regulaciones establecidas en cada nivel y acompañamiento y conducción de los procesos, aspectos en los que no ha faltado una buena dosis de superficialidades y un exceso de entusiasmo y deseos de avanzar más rápido de lo que somos realmente capaces”.

Llamémonos todos a la reflexión acerca de estos problemas, como el de haberse lanzado a crear cooperativas de la construcción, sin meditar los pro y los contra. Del camino hay que desterrar las improvisaciones para no retrasar los procesos de cambios y que todo fluya como quisiéramos y necesita la economía del país.