NUEVA YORK .- (PL) El activista Ike Nahem consideró hoy que una de las prioridades de la solidaridad con Cuba en Estados Unidos debe ser romper el cerco de la desinformación que sobre la isla impera en el país norteño.

En entrevista con Prensa Latina, el coordinador de la solidaridad con la mayor de las Antillas en Nueva York precisó que el mejor antídoto para neutralizar las mentiras que se divulgan es traer a territorio estadounidense a personas que representen la realidad de la isla.

'Los mejores embajadores para decir la verdad sobre Cuba son los auténticos cubanos, ya estamos cansados de que hablen en nombre de ellos gente que solo responde a la potencia que la hostiga y bloquea', afirmó el luchador social y antibelicista, uno de los organizadores de un evento que el fin de semana reunió aquí a defensores de relaciones normales entre Washington y La Habana.

De acuerdo con Nahem, los norteamericanos, al margen de sus creencias y posturas políticas, comprenden mejor la situación cuando reciben información de primera mano.

'Eso solo pueden garantizarlo los que viven allá y quienes en este país están al tanto de lo que se hace en Cuba por su gente y por los seres humanos más vulnerables y oprimidos en el mundo', opinó.

Al respecto, el activista señaló que una de las acciones acordadas en el foro de solidaridad con la isla, celebrado el 25 y 26 de marzo en la Universidad neoyorquina de Fordham, es promover la visita a ciudades de Estados Unidos de cada vez más voceros de la realidad de la nación caribeña.

Tenemos que contrarrestar la imagen creada contra Cuba por personas que se oponen a la Revolución, ya hemos visto demasiado de eso y por mucho tiempo, advirtió.

Además de la desinformación, Nahem denunció prácticas hostiles de sucesivas administraciones en la Casa Blanca, las cuales calificó de grandes obstáculos para la normalización de relaciones.

No podremos tener vínculos normales mientras sigan las sanciones económicas, comerciales y financieras, la ocupación de una parte de Guantánamo con una base naval norteamericana y los programas de cambio de régimen, la reanudación de relaciones diplomáticas fue un gran paso, pero no es suficiente, subrayó.