MADRID, ESPAÑA .- (PL) El líder del derechista Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, juró hoy su cargo como presidente del Gobierno de España ante el rey Felipe VI, tras ser reelegido el pasado sábado por el Congreso de los Diputados.

El político conservador, de 61 años, prestó juramento en una breve ceremonia celebrada en el Palacio de la Zarzuela, a la que asistieron, además del monarca, los máximos representantes de los tres poderes del Estado.

Hace dos días, Rajoy resultó nombrado para un nuevo mandato gracias a la abstención de su principal adversario político, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Tras perder el jueves en un primer intento, al no alcanzar la mayoría absoluta del Congreso (176 de sus 350 escaños), el máximo dirigente de la derecha fue investido en el segundo y definitivo escrutinio, en el cual obtuvo 170 votos a favor, 111 en contra y 68 abstenciones.

Jefe del Ejecutivo en funciones desde hace más de 10 meses, el líder del PP consiguió el respaldo de los 137 legisladores de su partido, los 32 del centroderechista Ciudadanos y uno de Coalición Canarias.

En contra de su investidura se pronunciaron la coalición de izquierda Unidos Podemos, tercera fuerza parlamentaria con 71 bancas, y todas las agrupaciones nacionalistas del País Vasco y Cataluña representadas en la Cámara baja.

Con su designación se cerró un periodo de 315 días de interinidad, en los que se celebraron dos elecciones generales -20 de diciembre de 2015 y 26 de junio pasado- y dos investiduras fallidas, ante la incapacidad de los principales partidos para alcanzar un acuerdo

Pese al cuestionado giro dado por los socialistas, 15 diputados de la centenaria organización rompieron la disciplina de voto y rechazaron facilitar un nuevo mandato de los conservadores, en abierto desafío a una resolución aprobada por la cúpula interina del PSOE.

Es la primera vez que la histórica agrupación socialdemócrata favorece una administración de la derecha desde que en 1977 España recuperó la democracia.

Durante estas cuatro décadas, ambas formaciones se alternaron el poder en el llamado bipartidismo español, sistema que quedó fracturado en las dos elecciones generales recientes, celebradas el 20 de diciembre de 2015 y el pasado 26 de junio.

Rajoy esperará hasta el jueves para dar a conocer la composición de su gabinete, que, según diversas versiones periodísticas, no presentará grandes sorpresas.

Hasta entonces podrá meditar si opta más bien por la continuidad o realiza cambios de calado en el organigrama o en la estructura de los ministerios.

Acostumbrado a la mayoría absoluta de su primer mandato (2011-2015), el mandatario no lo tendrá nada fácil para gobernar en minoría, con apenas 137 de los 350 escaños del Congreso.

Nunca un partido en el poder tuvo un apoyo tan reducido, por lo que se avecina una legislatura turbulenta, sobre todo después que las elecciones de diciembre dejaron el parlamento más fragmentado de la democracia española.

A su gobierno le corresponderá adoptar medidas de gran envergadura, como la reforma de las pensiones, el pacto por la educación, la regeneración política necesaria tras los casos de corrupción o la reforma constitucional.

También tiene el reto de atajar el desafío secesionista en Cataluña, toda vez que sus autoridades se comprometieron a celebrar en septiembre de 2017 un referendo que permita la independencia de esa región de 7,5 millones de habitantes.