En carta abierta publicada en el sitio web de esa organización, el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) afirmó que el anunciado inicio de las conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional, segunda guerrilla colombiana, es una voz de aliento y esperanza.

Los astros se alinean de nuevo y no puede echarse a pique esta oportunidad feliz. Vamos a lograrlo, Santos, estamos seguros, apuntó en el escrito fechado el 4 de abril pasado en la capital cubana.

Con ese propósito, llamó a atender debidamente "la enorme desigualdad económica y social dominante en el país, y el carácter profundamente elitista, intolerante, antidemocrático y violento del régimen político vigente".

Al referirse a la complejidad de los asuntos a resolver para terminar el conflicto, reiteró que para que las FARC-EP dejen las armas y se incorporen a la vida civil, es necesario que la otra parte materialice los compromisos de garantías y seguridad adquiridos.

Conservar las armas no nos interesa tanto como conservar la vida, aseguró, al tiempo que recordó que el paramilitarismo, el atentado personal y la siembra de los odios diarios, constituyen amenazas reales para la insurgencia desarmada y el movimiento popular.

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