En un comunicado, el relator especial para la promoción de un orden internacional democrático y equitativo llamó a ambos países a acatar el fallo del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias, que hace 10 días consideró en esa situación al fundador de WikiLeaks, desde su arresto en Londres, el 7 de diciembre de 2010.

Reino Unido y Suecia deben aceptar e implementar sin demoras la decisión y las recomendaciones del Grupo en este caso, lo que pasa por garantizar su seguridad e integridad física, permitir su libre movimiento y pagar una compensación al afectado, subrayó.

De Zayas recordó que el panel creado en 1991 por la entonces Comisión de Derechos Humanos de la ONU, actual Consejo, calificó la detención de Assange de contraria a varios artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.

Assange lleva asilado más de tres años en la embajada ecuatoriana en Londres, sede diplomática vigilada por policías británicos que lo arrestarían si la deja, a partir de una orden de captura emitida por Suecia, donde lo acusan de violación.

Wikileaks ha publicado por casi una década miles de documentos e imágenes confidenciales, algunos que ratifican los crímenes de Estados Unidos en su agresión a Afganistán e Iraq, como el asesinato de civiles por helicópteros Apache del Pentágono en el país del Medio Oriente, en julio de 2007.

De acuerdo con el programador, esas denuncias explican la cruzada en su contra, que se materializaría con su entrega por Suecia a Washington.

Ante la postura de Londres y Estocolmo, de Zayas alertó que los Estados que dicen estar a la vanguardia de los derechos humanos deberían dar el ejemplo e implementar de buena fe las decisiones, incluso si no las comparten.

"Un orden internacional justo depende de la aplicación consistente y uniforme de las leyes internacionales. El concepto de dignidad humana es holístico y un acercamiento por interpretación propia a los derechos humanos erosiona la credibilidad del sistema entero", advirtió.

Asimismo, llamó a no acudir a tecnicismos o lagunas para escapar de obligaciones éticas.

Me parece muy importante que los países que señalan y culpan a otros por no cumplir reglas de la ONU actúen con honestidad y, en este caso, den un ejemplo al mundo, insistió.

El Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias carece de poder vinculante en sus decisiones, pero las mismas cuentan con gran reconocimiento y respeto, porque esgrimen la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.

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