Estoy con ganas de plantar cara a los poderes de Madrid, pero también a algunos de aquí que ponen las cosas excesivamente difíciles, declaró en Barcelona el político conservador un día después que la CUP vetó su reelección.

Con su decisión, la agrupación de izquierda frenó por el momento el proceso de separación de España de esa comunidad autónoma, impulsado por Mas y otras fuerzas nacionalistas que integran la coalición Juntos por el Sí ((JxSí).

La postura del movimiento anticapitalista aboca a la rica región del noreste español, de más de siete millones de habitantes, a unas nuevas elecciones si no elige gobernante antes del 9 de enero.

Además, posterga una resolución aprobada el 9 de noviembre último en el parlamento regional surgido de los comicios de septiembre, que instruye al nuevo ejecutivo a iniciar la llamada desconexión del Estado español, primer paso hacia la República Catalana.

En su primera reacción tras el veto de este domingo, Mas insinuó que no dará un paso al costado para evitar una nueva cita con las urnas, aunque pidió esperar a los resultados de una reunión de su partido, Convergencia Democrática de Cataluña.

JxSí, fuerza separatista de derecha, necesitaba el apoyo de la CUP, pues pese a ganar los comicios del pasado 27 de septiembre con 62 diputados, está a seis de la mayoría absoluta parlamentaria.

La falta de acuerdo entre ambas formaciones impide la puesta en marcha de la hoja de ruta secesionista anunciada por Mas hace tres meses.

De convocarse nuevas elecciones, que se celebrarían en marzo próximo, será la cuarta cita con las urnas de los catalanes en apenas cinco años.

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