"El Movimiento de los Países No Alineados ha logrado aglutinar un considerable número de países de diversos matices políticos que han demostrado la posibilidad de actuar en común sobre una serie de importantes cuestiones. Podría afirmarse que de la claridad y decisión con que este Movimiento actúe ahora en los problemas económicos que afectan al mundo subdesarrollado, dependerá en gran parte su futuro".

Con esa visión futurista definía el Comandante en Jefe Fidel Castro, durante la tercera Reunión Ministerial del Buró de Coordinación de ese organismo, efectuada en La Habana en marzo de 1975, el papel rector del Mnoal.

A más de 60 años de su fundación, Cuba ratificó en la Reunión Ministerial del Buró de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados, que concluyó en Caracas este domingo, su compromiso ineludible con el multilateralismo y con los esfuerzos para avanzar hacia un orden internacional democrático, justo y equitativo que responda al reclamo de paz y desarrollo sostenible de todos los pueblos; un mundo –al decir del canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla– que "será posible si luchamos de manera mancomunada para lograrlo".

"En el plano económico, el subde­sarrollo, la pobreza, el hambre y la marginación derivados del injusto orden económico internacional vigente, se han visto agravados como consecuencia del impacto de los patrones neoliberales", describió Rodríguez Parrilla.

En un escenario internacional que calificó como "peligroso y complejo", en el que la seguridad y el bienestar de nuestras naciones enfrentan desafíos sin precedentes y en el que son indispensables la unidad y la solidaridad para la paz y el desarrollo de nuestros pueblos, el Mnoal deberá seguir siendo –por decisión propia– como lo definiera el líder histórico de la Revolución Cubana: antimperialista, anticolonialista, antineocolonialista, antirracista, antisionista y antifascista, "porque esos principios forman parte de nuestras concepciones y están en la esencia, el origen, la vida y la historia del Movimiento".