BRASILIA.- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien permanece preso desde hace 11 meses, probará su inocencia ante todas las acusaciones y por su importancia para Brasil hoy paga ese precio.

Así lo afirmó durante una entrevista con TV 247 el hermano de Lula, el sindicalista José Ferreira da Silva, conocido como Frei Chico.

"Quiero decir al pueblo: Lula no robó nada... y emplazarlo a él como ladrón era más fácil que llamarlo comunista, pero de ladrón nada. Inventaron al ladrón y ahora no tienen como probar nada", señaló Frei Chico.

Calificó de absurdo cuando se decidió minutos antes del entierro de su hermano Genival Ignacio da Silva, de 79 años, conocido como Vavá, el 29 de enero, que Lula asistiera al sepelio, pues solo podría reunirse con la familia en un cuartel que el Ejército o la Policía Federal decidiera y además ya se había realizado la misa.

"Es una persecución estúpida, la historia mostrará la inocencia de él. Resulta lamentable", manifestó el sindicalista.

Sobre la reciente muerte del niño Arthur, uno de los seis nietos del exmandatario, comentó que le resultó muy duro "porque era el que más convivía con él".

Explicó que permitieron la salida de Lula al funeral de Arthur, pero bajo condiciones como que "no podía llamar al celular, no podía dar entrevista, no podía hablar nada y no podía ni levantar el brazo para dar adiós...fue una decisión estúpida de algún juez que al parecer no vive en este mundo", indicó Frei Chico.

Acerca de la asunción al poder de la extrema derecha en Brasil, reconoció que mucha gente de su medio votó por Jair Bolsonaro porque "quería deshacerse del PT (Partido de los Trabajadores) y ahora ellos tienen vergüenza de decir por quién votaron".

El proyecto que el Gobierno de Bolsonaro anunció lo cumple y resulta favorable a la tortura, reflexionó Frei Chico, quien pronosticó que lentamente aparecerán difíciles situaciones en el país, como el desempleo, que alcanza ahora un 20 por ciento de la población.

Desde el 7 de abril Lula permanece preso en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, cuando comenzó a cumplir la pena de 12 años y un mes impuesta por el Tribunal Regional Federal de la cuarta región por presuntos hechos de corrupción.

El exlíder metalúrgico fue objeto de una segunda condena en febrero en la operación anticorrupción Lava Jato, esta vez a 12 años y 11 meses.