BRASILIA.- El expresidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva, preso desde hace siete meses en Curitiba (sur), enfrentará el 14 de noviembre otro interrogatorio dentro del marco de la operación Lava Jato, que investiga hoy hechos de corrupción.

Círculos judiciales informaron que la nueva jueza que lidera Lava Jato, Gabriela Hardt, llamó al exdirigente obrero, de 73 años, para que explique sobre otro caso en el cual se le imputa de corrupción y lavado de dinero.

Hardt sustituyó al polémico magistrado Sérgio Moro, quien será el nuevo ministro de Justicia del presidente electo, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Al anunciar que será ministro, Moro alegó que "para evitar controversias innecesarias", debe apartarse "desde luego" de las audiencias de Lava Jato en Curitiba, capital del estado de Paraná.

Según las fuentes, Lula deberá responder a interrogantes sobre aparentes transformaciones hechas a una hacienda en Atibaia, interior de Sao Paulo, atribuida de facto a él y que habrían sido pagadas por empresas constructoras entre 2010 y 2014 a cambio de contratos con la compañía Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras).

Para los abogadores defensores, "Lula es víctima de una verdadera cacería judicial por parte de un agente togado (Moro) que utilizó indebidamente expedientes jurídicos para perseguir políticamente a un ciudadano, buscando anular, una por una, sus libertades y derechos".

El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) insiste en que resulta víctima de una verdadera persecución política y que luchará hasta el final por su dignidad.

Cataloga de farsa montada sobre una serie de mentiras el proceso llevado adelante por el juez Moro y asegura que la condena le dará la oportunidad de continuar defendiéndose, probar su inocencia y demostrar que el magistrado y los fiscales de Lava Jato cometieron una injusticia.