BUENOS AIRES, ARGENTINA.- Con el aborto legal, seguro y gratuito como bandera, miles de argentinos, familias, niños, jóvenes, ancianos, protagonizaron este lunes una multitudinaria marcha en defensa de las mujeres y contra el patriarcado, lucha que suma cada vez más personas.

Al grito de Ni una menos, la frase que perpetuó el inicio, hace tres años atrás, de un colectivo que hoy se ha replicado en otras partes del mundo, Buenos Aires se llenó de lucha y resistencia en las calles en apoyo a miles de mujeres que piden parar con la violencia machista.

No fue una marcha más. Pese a la lluvia y el intenso frío que se posa en la ciudad, desde niñas ataviadas con camisetas en las que se leían frases como "hasta que no me maten no van a creerme" o "educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir", cientos de argentinos se unieron en una misma batalla.

El pañuelo verde, símbolo de la lucha que dan hoy las mujeres de esta nación porque se apruebe de una vez la ley de interrupción legal del embarazo, -cuyo debate llegará al Congreso la semana venidera-, se replicó en miles y miles que pidieron hacer de este método un derecho.

Para que no haya ni una muerta más por aborto clandestino, gritaban varios manifestantes mientras otros enarbolaban carteles y pancartas y cantaban arengas en defensa de las mujeres.

Fue una movilización contundente, como lo ha sido en estos últimos años, porque el dolor de la pérdida de una hermana, una madre, de una hija, por un asesinato, es irreparable.

La marcha fue gigantesca y la avenida 9 de julio quedó semiparalizada por momentos mientras grandes columnas se dirigían a la plaza del Congreso.

El color violeta, que representa las huellas que dejan la violencia en el cuerpo de una mujer, pintó las calles también en otra jornada histórica.

La violencia de género, la lucha por la urgente implementación de la ley de educación sexual, frenar la violencia institucional y estatal, y desterrar de una vez el patriarcado que ha lacerado el derecho de las mujeres de este país por años, fueron varios de los pedidos urgentes.  Pero el eje, sin lugar a dudas, fue el derecho a abortar, un derecho hoy esquivo y que acaba con más de 500 féminas cada año por someterse a este método de interrupción de la gestación de manera clandestina.

El grito de Ni una menos, vivas nos queremos, retumbó una vez más desde Buenos Aires a otras partes de una Argentina donde hay hoy una mayor consciencia sobre una triste realidad que registra en esta tierra austral cada 30 horas un feminicidio.