LIMA, PERÚ.- Ataques al legítimo gobierno de Venezuela, acusaciones y llamados a desconocer las próximas elecciones presidenciales en esa nación, fueron recurrentes entre los mandatarios que hablaron hoy, en esta capital, en la VIII Cumbre de las Américas de la cual la nación suramericana fue excluida.

Aunque analizar u opinar sobre la supuesta situación humanitaria y democrática en Venezuela no estaba en la agenda de los anfitriones, sucesivas intervenciones irrespetaron al pueblo bolivariano y al presidente Nicolás Maduro.

El argentino Mauricio Macri abrió fuego contra la nación de Hugo Chávez desde los inicios de la sesión y pidió a los países presentes redoblar esfuerzos para que el gobierno bolivariano acepte ayuda para aliviar la supuesta crisis humanitaria que se vive en ese país.

Sin vacilación atacó el sistema democrático decidido por la mayoría de los venezolanos y aseguró que es la muestra de a dónde puede llegar una sociedad con un presunto proceso de corrupción generalizado.

La supuesta crisis humanitaria en Venezuela fue repetida una y otra vez, entre ellas mencionada por el mandatario colombiano Juan Manuel Santos, Enrique Peña, de México y Sebastián Piñera, de Chile, quienes siguen la postura de EE.UU. que prometió anoche 16 millones de dólares en financiamiento para aquellas naciones que acojan a los “refugiados” provenientes de la nación suramericana.

Argentina, Colombia, Brasil, Honduras, Paraguay, Chile y México, entre otros, llamaron a desconocer los resultados de la elección presidencial que tendrá lugar el próximo 20 de mayo en Venezuela; a la que no asistirá la oposición de esa nación, tras abandonar los diálogos que se venían desarrollando con el gobierno en República Dominicana y después de darle una primera aprobación a los acuerdos de convivencia pacífica.

Sebastián Piñera, el mandatario chileno, fue agresivo en sus pronunciamientos al asegurar que Venezuela es un problema de todos, y no se limitó solo a eso, pues convocó a los presentes a trabajar para “ayudar al pueblo venezolano a recuperar lo que le pertenece: su libertad”, en una peligrosa alusión a la injerencia en los asuntos internos de ese país.

Juan Manuel Santos, quien desde su época de ministro tuvo una tensa relación con Venezuela, cargó igualmente contra la democracia y los derechos humanos en el país vecino, donde la agenda de violencia de la oposición, hace un año, costó numerosas vidas, una realidad omitida en los pronunciamientos de esta mañana.

Subrayó que ambos pueblos son hermanos, pero que serán “implacables con su régimen que tanto daño le está haciendo a la región”.

Santos no tuvo en cuenta que Nicolás Maduro llegó al poder de la misma forma que el resto de los presidentes de la región, a través del voto directo y secreto y con el mismo sistema electoral que le dio la victoria a la oposición venezolana en el Parlamento, en el año 2015.

En contraposición a las lecturas de algunos representantes hemisféricos a la cita de alto nivel de la VIII Cumbre, las palabras del presidente de Bolivia, Evo Morales, condenaron las sanciones unilaterales y las amenazas de invasión contra Venezuela que ha realizado Estados Unidos.

Lamentó Evo la exclusión de la reunión de Lima del presidente de esa nación, Nicolás Maduro, producto de las presiones del Gobierno estadounidense.

Recordó la vieja estrategia norteamericana de utilizar el pretexto del comunismo, el narcotráfico o el terrorismo, para intervenir militarmente en otros países y que hoy reconfiguran, con falsas acusaciones de corrupción como argumento para derrocar legítimos gobiernos democráticos.

La Organización de Estados Americanos tiene que definirse, o es una organización de integración o es un instrumento de exclusión; o respeta la soberanía de los pueblos o es un títere neocolonial, subrayó.

Evo Morales no fue la única voz que se escuchó de apoyo a Venezuela, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, fustigó la lamentable posición de un grupo de mandatarios del hemisferio quienes no se escondieron para hacer públicas agendas subversivas contra ese país.

Rodríguez Parrilla dijo que existe el peligro del retorno del uso de la fuerza a la región y no debe subestimarse la declaración de Venezuela –cuna de la independencia latinoamericana– como una amenaza a la seguridad nacional del imperialismo norteamericano.

Calificó de afrenta a los pueblos de Nuestra América la exclusión del presidente Nicolás Maduro a la VIII Cumbre.

Es un retroceso histórico impuesto por el actual gobierno de Estados Unidos, denunció.

Estamos aquí para defender la libre determinación de Venezuela y reiterar la solidaridad de Cuba con la unión cívico-militar bolivariana y chavista, encabezada por el presidente constitucional, Nicolás Maduro.

Bruno deseó éxitos a ese pueblo en la próxima elección presidencial del 20 de mayo.

A nombre de Cuba invocó la proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz firmada por los jefes de estado y gobierno en 2014, concluyó.