El Departamento de Estado ordenó hoy la salida de 15 diplomáticos cubanos de los Estados Unidos. De acuerdo con un alto funcionario de la entidad federal estadounidense, la medida está relacionada con los incidentes de salud reportados por miembros del servicio exterior estadounidense en La Habana, pero subrayó que no significa un cambio de política hacia el país caribeño ni asignación de responsabilidades por esos hechos.

 “Estamos manteniendo relaciones diplomáticas”, agregó la fuente. Tal movida, dijo, busca igualar la capacidad de funcionamiento de las sedes diplomáticas en las respectivas capitales, después de que el pasado 29 de septiembre Estados Unidos anunció la decisión de retirar a más de la mitad de su personal diplomático en La Habana y sus familiares.

 En la mayor de las Antillas permanecerá el cuerpo mínimo para servicios de emergencia y asistir a los ciudadanos norteamericanos, según el comunicado.

 De acuerdo con AP, un funcionario del gobierno le informó que el secretario de Estado, Rex Tillerson, discutió el plan este lunes con el presidente Donald Trump.

 De acuerdo con Tillerson, que se refiere a los hechos como “ataques”, los investigadores no han podido determinar quién es responsable o qué los está causando.

 Mediante un comunicado, el titular ratificó entonces que las relaciones diplomáticas con Cuba se mantienen.

 Según la fuente oficial estadounidense que habló hoy a los medios, el gobierno cubano le informó que mantendrá la investigación sobre este tema, “y continuaremos cooperando con ellos en ese esfuerzo”. También seguiremos con nuestra propia investigación, añadió el representante del Departamento de Estado, quien subrayó que tales decisiones no representan una determinación de culpas.

 Tras el anuncio de esa jornada, la directora general de Estados Unidos la cancillería cubana, Josefina Vidal, enfatizó que el Gobierno de Cuba no tiene responsabilidad alguna en los alegados hechos y cumple seria y rigurosamente sus obligaciones con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

 “Consideramos que la decisión anunciada por el Departamento de Estado es precipitada y va a afectar las relaciones bilaterales”, señaló.

Vidal reiteró la voluntad de Cuba a continuar una cooperación activa entre las autoridades de los dos países, para el esclarecimiento pleno de estos hechos, para lo cual será esencial un involucramiento más eficiente de EE.UU.

 Ante las movidas de Washington sobre este tema, cuando aún no concluyen las investigaciones, diversas voces calificaron los pasos del Departamento de Estado de excesivos y alertaron sobre el peligro que representan para el proceso de normalización de relaciones bilaterales.

 Engage Cuba, una organización que defiende el acercamiento con Cuba, instó a resolver la situación tan pronto como sea posible. James William, presidente de ese grupo de trabajo, rechazó la medida de la administración de Donald Trump y pidió continuar el fortalecimiento de los vínculos bilaterales.

 La Asociación Estadounidense del Servicio Exterior que encabeza Barbara Stephenson, está en contra de la reducción de diplomáticos en La Habana.

 En declaraciones al portal digital BuzzFeed, Barbara Stephenson, experimentada funcionaria del servicio exterior, dijo que los alegados problemas de salud reportados por los diplomáticos en La Habana, no justifican una retirada a gran escala.

 A su vez, la ex jefa de la Sección de Intereses norteamericana en la capital cubana, Vicki Huddleston escribió en su cuenta de Twitter que las buenas relaciones entre los dos países van en interés nacional de Estados Unidos, mientras las malas responden a la obsesión del senador Marco Rubio con Cuba.

 Entre tanto, representantes de agencias de viajes, turoperadoras y organizaciones sin fines de lucro estadounidenses rechazaron las recientes decisiones del gobierno norteamericano de reducir drásticamente la presencia diplomática en Cuba.

Integrantes de la asociación profesional Viajes a éticos y responsables (Respect, por las siglas en inglés) discutieron un proyecto de declaración para expresar su oposición a esa medida del gobierno de Donald Trump.