SANTIAGO DE CUBA.- (PL) La ciudad y sus gentes se desperezan e intentan vivir otra jornada cotidiana dentro de la mayor normalidad, aunque la sacudida de la madrugada haya asustado a muchos cuando las camas y otros objetos se movieron.

Por lo pronto, la primera réplica perceptible del sismo de 5,8 que a las 04:08, hora local, fue sentido en el Oriente cubano, indica a las claras que el resto de este martes pudiera traer nuevas remezones perceptibles como consecuencia de la liberación de energía en una zona costera del municipio de Guamá.

Como precaución, algunas familias deciden no llevar los niños a las escuelas y la mayor parte de las personas siguen atentas a las informaciones que trasmiten los medios de prensa, fundamentalmente la radio local.

En las conversaciones aflora el recuerdo de lo sucedido exactamente el domingo de un ańo atrás, cuando un temblor de 4,8 estremeció la noche a la 01:37, hora local, seguido casi sin tregua por otros hasta el día 26 de ese mes para sumar unos 38 que marcaron una anómala situación sísmica en la urbe.

En esta ocasión, la perceptibilidad abarca a las seis provincias orientales y en particular a la de Granma, cuya capital, Bayamo, y el municipio de Bartolomé Masó, sintieron el impacto del terremoto, aunque hasta el momento no se reporten notables dańos humanos o materiales.

Desde su sede central en esta ciudad y en las estaciones distribuidas por la geografía cubana, los especialistas del Servicio Sismológico Nacional, como parte del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, aguzan sus miradas en un monitoreo permanente que en estos minutos cobra mayor trascendencia.